En el artículo de la semana pasada veíamos que un cambio de enfoque sobre la tecnología de los procesadores actuales nos puede reportar beneficios en el corto plazo, mientras nuevas tecnologías van apareciendo poco a poco.
Esta semana, Intel ha presentado un procesador en el que lleva trabajando desde 2006. Uno de esos saltos tecnológicos que se dan de vez en cuando, y que se recuerdan mucho tiempo después, según ellos. Es el que han bautizado como Single-chip Cloud Computer (Computadora en la Nube de un solo Chip) o SCC. Desde la compañía aseguran que la tecnología que se prueba en este chip cambiará profundamente la forma de trabajar de los ordenadores, y nuestra forma de interactuar con ellos.
48 núcleos que consumen igual que 2
El chip consiste en una matriz de 48 núcleos de procesamiento, agrupados en 24 celdas de núcleos dobles. Los 48 núcleos pueden funcionar de forma simultánea, consumiendo aproximadamente lo mismo que los actuales procesadores de dos núcleos. Eso ya es un gran salto en eficiencia. Pero además se puede regular la frecuencia de cada celda, de dos núcleos cada una, y el voltaje de cada una de las seis filas de cuatro celdas. Con estas posibilidades, la eficiencia energética alcanza límites inexplorados hasta ahora. El procesador se comporta como una auténtica nube flexible, que se adapta a la carga de trabajo utilizando el mínimo de energía, manteniendo desactivados aquellos recursos no necesarios.
Una nube en un chip
La referencia a la ‘nube’ se debe a que los 48 núcleos, que tienen una verdadera red de comunicaciones interna en el propio chip, se comportan como verdaderos computadores independientes conectados a la misma red. Se conectan o desconectan a voluntad, distribuyendo eficientemente la carga de trabajo y minimizando el consumo de energía.
Cada núcleo puede ejecutar su propio sistema operativo, manejar su propia área de memoria, y comunicarse con los demás mediante un circuito que los comunica a todos. Una auténtica red local, basada en paquetes, gestionada por diminutos routers integrados, independientes de los núcleos de procesamiento. Cada celda de dos núcleos dispone de una memoria caché para cada CPU, de un buffer de comunicación, y de un router. Ese router está conectado con los routers de las demás celdas, formando la red interna. Todo dentro de un único chip.
Una tecnología escalable…
Esta estrategia de ensamblar núcleos de procesamiento mediante una red de comunicaciones, en lugar de hacerlo directamente, permite la escalabilidad del hardware del sistema. Es decir, si la demanda de trabajo es pequeña, la tecnología permite fabricar un chip de pocos núcleos. Del mismo modo, si el poder de cálculo debe ser mayor, se pueden fabricar sistemas de miles de núcleos. Al menos teóricamente. Los planes de los ingenieros de Intel incluyen fabricar chips de más de 100 núcleos en el medio plazo. La clave es que con la misma tecnología se pueden satisfacer necesidades muy distintas. Eso habla a favor de su viabilidad.
… que genera expectación
A mediados de 2010 Intel pretende tener docenas de investigadores desarrollando nuevas plataformas de software sobre estos nuevos chips. La comunidad científica se muestra impaciente: «El masivo paralelismo del chip nos permite investigar, hoy, el grado de paralelismo que se necesitará en aplicaciones dentro de 5 años para hacer el mejor uso posible de las nuevas plataformas emergentes…» dice David Andersen, profesor de Ciencia de la Computación en la Carnegie Mellon University.
«El SCC es de gran interés para los desarrolladores e investigadores. La disponibilidad del hardware acelerará de manera importante nuestro desarrollo de aplicaciones y herramientas para las plataformas de computación masivamente paralelas.» afirma el profesor Wen-Mei Hwu, de la Universidad de Illinois.
Sólo es un paso más
Y es que desde Intel y desde fuera de Intel, se espera un rápido desarrollo de la inteligencia artificial cuando los procesadores alcancen la potencia que este chip parece prometer. Desde la compañía han publicado un video promocional en el que explican cómo los ordenadores personales verán multiplicada su potencia de procesamiento.
Una vez se produzca este boom tan anunciado, nuestra forma de interactuar con las máquinas cambiará radicalmente. Eso puede ser cierto. Pero éste es sólo un pequeño paso para Intel en una carrera de fondo en la que hay muchos otros. Véase, AMD, IBM, Nvidia, …
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