Desde su nacimiento hace ya 40 años, Internet ha evolucionado partiendo de su concepción original como un artefacto meramente técnico hasta convertirse en un elemento fundamental de nuestra vida moderna. Con tecnologías como la Web 2.0 y las redes sociales evolucionando en modos que sus diseñadores tecnológicos nunca hubieran podido predecir, el factor humano está adquiriendo una importancia cada vez mayor para los tecnólogos en el campo de Internet.
El éxito y la evolución de la Red de redes como herramienta social, a caballo entre las ciencias tecnológicas y las humanísticas, hace necesario un enfoque holístico a la hora de abordar su estudio y desarrollo. Con esta idea, la red de excelencia europea de investigación EINS NoE, Network of Excellence in Internet Science, se ha propuesto formular una ‘Ciencia de Internet’ que vaya más allá de su ámbito fundacional, centrado en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), para incorporar otros puntos de vista procedentes de las ciencias sociales y las ciencias de la vida.
Como explica en un artículo Serguei Gorinsky, investigador del Madrid Institute for Advanced Studies (IMDEA) y miembro de EINS, privacidad e identidad, reputación, comunidades virtuales, seguridad y resiliencia, y neutralidad de la red, son algunos de los conceptos abordados en esta iniciativa de investigación, que pretende llegar a entender el impacto del denominado ‘efecto red’ sobre las organizaciones y las sociedades humanas, desde una perspectiva interdisciplinar.
El éxito de Internet puede explicarse, al menos en parte, por su efecto red: la utilidad de Internet para sus usuarios va aumentando a medida que crece el número de personas que la utilizan, lo cual a su vez aporta valor añadido a todos sus usuarios, generando con ello un bucle de realimentación positiva.
Esa masa crítica es ahora tan grande, y la integración humana ha adquirido tal importancia para nuestro bienestar, que Internet es hoy un elemento determinante de nuestra calidad de vida, y está de hecho impregnando nuestras visiones del mundo y alterando nuestras concepciones acerca de temas tan variados como la expresión artística, los juegos, la amistad, la ley, la confianza o la política.
La conectividad de la que hoy disfrutamos gracias a Internet, sigue el artículo, traducido por AlphaGalileo, ha llegado a imbricarse hasta tal extremo en nuestra vida social que hoy nos parece imposible concebir el progreso humano sin ella.
Así, hemos de recurrir a la transferencia de conocimiento desde otras disciplinas para lograr explicar un sistema en red tan complejo que ha dejado de estar bajo el exclusivo control de sus ingenieros, para evolucionar conforme a sus propios principios. Por ejemplo, la incorporación de perspectivas alternativas desde el punto de vista de la física o la biología puede mejorar nuestra capacidad de predicción y nuestra comprensión del rumbo hacia el que se dirige Internet.
Las redes sociales, entre las cuales se encuentran tecnologías como Twitter y Facebook, cuyo alcance se extiende hasta el día a día de nuestra actividad, están experimentando un auténtico clímax evolutivo, lo cual les confiere una importancia sin precedentes de cara al futuro de nuestro desarrollo científico, tecnológico y social.
Los científicos que estudian Internet pretenden ayudarnos a entender las complejas interacciones tecnosociales que ha suscitado, y aportarnos una base teórica y empírica que nos permita en el futuro tomar decisiones fundadas a este respecto. Además, la comunidad científica desea construir la Internet del futuro teniendo en cuenta todos los puntos de vista de las distintas partes implicadas, tanto públicas como privadas, desde lo tecnológico hasta lo económico, social y medioambiental.
Expertos de varios ámbitos
EINS se ha marcado como objetivo implicar en un diálogo productivo a expertos en áreas tan diversas como la ingeniería de redes, la sociología, las artes o las ciencias políticas, que están estudiando actualmente Internet desde cualquier perspectiva, ya sea tecnológica o humanística.
A medida que el constante avance de las aplicaciones y funcionalidades de Internet va incidiendo en otras disciplinas, Internet se está viendo transformada y enriquecida gracias a la mejor comprensión que está haciendo posible este proceso de aprendizaje multidisciplinar.
En Internet intervienen muchas partes de disciplinas muy diversas y EINS se vislumbra como un esfuerzo conjunto para tender puentes entre todas ellas que les ayuden a intervenir en la evolución de Internet de la mejor manera posible para beneficio de la humanidad, abarcando todos los aspectos de la vida social y privada de las personas, la economía, los negocios, el medio ambiente y la política.
Definir qué es la ciencia de Internet, o, tal vez, qué debería ser, es el objetivo esencial de la iniciativa de investigación EINS. ¿Va a ser la ciencia de Internet simplemente una nueva manera de llamar a la investigación en sistemas distribuidos y redes informáticas? ¿Cuáles van a ser las disciplinas con cuya intersección la ciencia de Internet va a lograr el próximo avance revolucionario? En particular, ¿va a poder revolucionar la ciencia de Internet el ámbito de las redes sociales? ¿Qué técnicas de análisis concretas y qué métodos experimentales procedentes de las ciencias sociales y naturales van a poder enriquecer el instrumental con que han contado tradicionalmente hasta ahora los científicos especializados en tecnologías de Internet?
¿Cuáles son las métricas más adecuadas para este ámbito de estudio ampliado? ¿De qué maneras concretas pueden contribuir los tecnólogos de Internet al resto de las disciplinas que intervienen en este contexto? Y, en un entorno como el actual, donde la especialización se ha convertido en la trayectoria más habitual en el campo de la ciencia, ¿qué nos hace suponer que un planteamiento holístico y multidisciplinar vaya a dar fruto en el campo de la ciencia de Internet?
EINS NoE, la Red de Excelencia sobre la Ciencia de Internet, es un proyecto de investigación colaborativo en el área TIC del 7º Programa Marco de la Comisión Europea, bajo el acuerdo de financiación para Redes, contenidos y tecnologías de comunicaciones nº [288021], que se desarrolla desde diciembre de 2012 hasta mayo de 2015.
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