Un grupo de informáticos de la Universidad británica de York ha ideado un software que permite usar nuestro teléfono móvil equipado con una cámara como si fuera un ratón de ordenador en tres dimensiones. Este prototipo funcionaría de un modo muy similar al controlador de la famosa Nintendo Wii, que ahora vemos constantemente anunciado en TV.
Este software hace posible manipular y mover objetos en la pantalla del ordenador moviendo el móvil sencillamente en la dirección y el modo que necesitamos.
“Creo que es una manera mucho más natural de interactuar e intercambiar datos”, comenta Nick Pears, que es informático de la Universidad de York que ha ideado este sistema junto a su colega de la Universidad de Newcastle Patrick Olivier, en declaraciones recogidas por NewScientist. “La mayor parte de la gente que lo ha visto en acción dice que es muy interesante”.
Según sus creadores, el prototipo, que será presentado a final de mes en la International Conference on Computer Vision Theory and Applications, que se celebrará en Madeira, es sólo una primera fase para crear una herramienta que permita al ser humano interactuar con su ordenador personal de un modo más sencillo y cómodo.
¿Qué sentido tiene este desarrollo en la actualidad? Para Pears y Olivier, este invento es realmente útil si nos damos cuenta de que las pantallas de los ordenadores modernos tienden a ser cada vez más grandes, por lo que el ratón de toda la vida no nos sirve ya de la misma manera. Este software, por ejemplo, permitiría al usuario de un ordenador interactuar con un anuncio en formato vídeo, por ejemplo.
Para controlar la pantalla, lo único que tiene que hacer el usuario es apuntar con su celular hacia la pantalla del ordenador. El dispositivo móvil se conecta después con el ordenador vía Bluetooth para que, de forma efectiva, el móvil pueda operar sobre la pantalla.
Dimensiones extra
Una vez que se ha establecido la conexión entre el móvil y el ordenador, éste es capaz de saber exactamente hacia dónde apunta el móvil porque sitúa un objetivo de referencia en la parte alta de un video y lo compara con la fotografía que aparece en el teléfono.
La distancia entre el móvil y la pantalla se basa en el modo en que el tamaño de la pantalla varía debido al perspectiva.
El ordenador traduce el movimiento y la rotación del celular en tres dimensiones a acciones concretas del cursor sobre la pantalla. Esto posibilita usar el móvil como si fuera un ratón en tres dimensiones, interactuando con los objetos que aparecen en la pantalla apretando las teclas de móvil o, sencillamente, rotándolo.
En las pruebas que sus creadores han llevado a cabo, pidieron a los voluntarios que cambiaran el tamaño de una imagen. Para ello, seleccionaron la imagen usando el botón y manipulándola moviendo o rotando el teléfono. Acercando el celular a la pantalla, la imagen se agrandaba, mientras que si se alejaban, la imagen se hacía cada vez más pequeña.
Interacción
“Esto me encanta, porque conectar un ordenador con un móvil en la actualidad es una experiencia penosa”, comenta Mark Dunlop, de la Universidad de Strathclyde, que también trabaja en este campo incipiente que trata de que herramientas tan corrientes hoy en día, como son los móviles y ordenadores, se entiendan mejor.
Este fenómeno es extraño si pensamos que los móviles son totalmente omnipresentes en nuestras vidas, pero que realmente los usamos para poco más que para hacer y recibir llamadas y, como mucho, para hacer fotografías digitales.
El prototipo de este desarrollo tiene que ser todavía probado. Una de las ideas que manejan sus creadores es que en un futuro, el teléfono móvil nos pueda servir, por ejemplo, para bajarse información e interactuar de un modo u otro con, por ejemplo un anuncio que encontremos en la calle.
“Necesitamos que la gente pueda conseguir información y pasarla a sus dispositivos móviles. Por ejemplo, descargarse el horario de trenes en un panel luminoso en una estación”, comenta Dunlop. Este desarrollo lo podría permitir.
A este respecto, hace unos meses, Tendencias21 recogía una información sobre le proyecto llamado “Point to Discover”, que desarrolló una plataforma que funciona como un buscador geoespacial que las aplicaciones móviles son capaces de utilizar para rastrear referencias geográficas del entorno en el que se encuentran. De esta manera, los portadores de un dispositivo móvil podían acceder a información de interés sobre edificios, lugares o servicios públicos en tiempo real.
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