Una investigación de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, podría impulsar el desarrollo de un test de saliva que diagnostique enfermedades como el cáncer y la diabetes, antes incluso de que aparezcan los primeros síntomas. La prueba podría servir también para detectar trastornos neurológicos y enfermedades autoinmunes.
El estudio se basó en el ARN presente en la saliva humana; y ha revelado que esta contiene muchas de las moléculas vinculadas a trastornos, que también están presentes en la sangre. Por esta razón, los autores de la investigación señalan que hay un verdadero “tesoro oculto en la saliva”.
El papel del ARN, ese material genético que contiene instrucciones usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos, ya era bien conocido. Además, también se sabía que el ARN es responsable de sofisticadas reacciones químicas y de un extraordinario número de funciones, algunas de las cuales aún se desconocen.
Lo que no se conocía hasta ahora es hasta qué punto dicho material genético se halla en la saliva humana. Dado que el ARN es un biomarcador, esto es, una sustancia que indica los estados biológicos de un organismo, esta presencia es de gran importancia.
Hallazgos realizados
Durante una década, el equipo de la UCLA, liderado por el doctor David Wong, ha estado estudiando nuestra saliva. En total, utlizando la genómica y la informática, ha analizado 165 millones de secuencias genéticas presentes en ella.
Los científicos descubrieron así lo siguiente: que una parte del mismo ARN que se encuentra dentro de las células humanas está también en la saliva, y puede ser usada para detectar enfermedades. El hallazgo resulta sorprendente porque, según Wong, las enzimas de la saliva pueden degradar el ARN. Por tanto, la boca es un “entorno hostil” para este material genético.
Más concretamente, los investigadores encontraron en la saliva, en primer lugar, 400 ARN circulares, cuya función aún no se comprende bien pero se cree que podrían servir para proteger de la degradación a los micro ARN, que también se encontraron en la saliva.
Los micro ARN son ARN monocatenarios con capacidad de regular la expresión de otros genes mediante diversos procesos; y además se sabe están implicados en el cáncer y otras enfermedades. Los científicos compararon los niveles de estos micro ARN en la saliva con los de la sangre, y descubrieron que eran muy similares. Por tanto, una muestra de saliva puede ser una buena medida de la presencia de ciertos micro ARN en el organismo.
Por otra parte, Wong y su equipo hallaron que la saliva contiene, en abundancia, otro tipo de ARN pequeños, los ARNs asociados a Piwi o piRNAs, por sus siglas en inglés, que producen las células madre, las células de la piel y las células germinales.
Los científicos aventuran que estos piRNAS de la saliva podrían proteger al cuerpo de las infecciones víricas, pero también son biomarcadores de enfermedades. Por último, Wong y sus colaboradores hallaron en la saliva humana ARN no codificantes (ncRNA), que son moléculas de ARN funcional que sirven también como biomarcadores.
Auto-detección de enfermedades
En definitiva, en la saliva se pueden encontrar diversos tipos de ARN: ARN circulares, micro ARN, piRNAs y ncRNA, todos ellos biomarcadores de enfermedades.
La conclusión del equipo es que la saliva tiene un valor médico y científico tremendo. Y que, en un futuro no distante, se podrán tomar muestras de ella para detectar diversos trastornos.
Los investigadores esperan que su estudio impulse para tal fin la creación de una nueva categoría de dispositivos de auto-diagnóstico, que informe a los pacientes si tienen o no algunas enfermedades, incluso cuando aún no presentan síntomas de ellas.
La saliva como fuente de información
El año pasado, una investigación de la Facultad de Odontología de la Universidad de Malmö, en Suecia, ya mostró que el cáncer y otras enfermedades graves dejan rastros de su presencia en la saliva de los pacientes y que, por tanto, esta podía servir como herramienta de diagnóstico.
Por otro lado, en 2012, un equipo de ingenieros de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, diseñaron un dispositivo biológico capaz de medir las concentraciones de glucosa presentes en la saliva humana: un biochip que podría resultar de gran ayuda para los diabéticos, porque les evitaría tener que hacerse análisis de sangre para controlar sus niveles de glucosa.
Asimismo, en 2009, un equipo de científicos italianos de diversos institutos de investigación y universidades descubrió proteínas anómalas en la saliva de pacientes con autismo que podrían servir como biomarcadores para el diagnóstico de esta enfermedad.
Por último, especialistas de la San Diego State University de EEUU han descubierto recientemente que pacientes con cáncer de páncreas presentan un perfil diferente y distinto de una bacteria específica en su saliva, lo que podría ayudar a diagnosticar esta enfermedad en ellos.
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