En la actuación sobre un solo gen podría estar la clave para un tratamiento contra el cáncer que desbancaría a métodos actuales como la quimioterapia, muy criticada por sus efectos secundarios sobre el organismo.
Eso es lo que se desprende de un estudio realizado por un equipo de investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK) de Nueva York con grupos de ratones en el laboratorio, y que publica la revista Cell.
Con la activación de un único gen supresor tumoral estos científicos han podido frenar, hacer retroceder y finalmente eliminar por completo una variedad de cáncer de colon que padecían los ratones.
Primeras pruebas en ratones
La primera particularidad de este estudio fue la enfermedad tratada en los ratones. En la mayoría de modelos animales, los investigadores trabajan con variedades de cáncer colorrectal que producen tumores en el intestino delgado, pero en este caso la enfermedad se extendió hasta el colon, de manera similar a como sucede con los pacientes humanos.
A partir de ahí, el tratamiento se centró en un único gen, el llamado APC (Adenomatous Polyposis Coli), del que se sospecha hace tiempo que es una de las causas de la aparición del cáncer de colon, así como de la poliposis adenomatosa familiar.
Las mutaciones esporádicas en este gen, que causan variedades tumorales no hereditarias, están presentes en la mayoría de tipos de cáncer de colon, si bien se desconocía su papel en fases posteriores de la enfermedad.
Para inducir la enfermedad a los ratones, los investigadores bloquearon el gen APC. De esta manera, se activaron las vías de señalización WNT, cuyas mutaciones se cree tienen un papel importante en el desarrollo de distintos tipos de cáncer, algo que se demostró en este caso.
Cuando el gen APC fue reactivado, la actividad de las vías volvió a niveles normales, lo que llevó a la supresión de las células tumorales y el retorno de las funciones habituales de las células intestinales.
Los efectos de la reactivación del APC no se detuvieron ahí. Después de frenarse el desarrollo de los tumores, estos empezaron a retroceder o reintegrarse en el tejido normal. A las dos semanas, el proceso se había completado, y después de un seguimiento de seis meses los investigadores concluyeron que no quedaban más signos de la enfermedad en los organismos.
Potenciales aplicaciones
A pesar de los resultados tan positivos en el tratamiento, aún queda por comprobar los efectos que tendría este en seres humanos.
En la mente de los investigadores está el sustituir las terapias que se vienen utilizando hasta ahora, pues “los tratamientos para cáncer de colon implican quimioterapias que son tóxicas y bastante poco efectivas”, según afirma Scott Lowe, uno de los autores del estudio.
El problema al que se enfrentan es que el tratamiento sobre el gen APC solo resulta válido para el cáncer de colon, pues las mutaciones en el gen no afectan a la enfermedad cuando se localiza en otras partes del cuerpo.
Para Lukas Dow, participante del estudio e investigador de la Facultad de Medicina Weill Cornell de la Universidad de Cornell en Nueva York, esto no supone un gran problema, ya que la investigación abre nuevas vías de estudio. “Si podemos descubrir qué tipos de mutaciones y cambios son clave en el desarrollo de tumores”, afirma, “estaremos preparados para desarrollar los tratamientos más adecuados para cada tipo concreto de cáncer”.
De momento, esta terapia ha logrado evitar la actividad genética descontrolada que suele aparecer cuando se pretende revertir la función de células tumorales, con lo que el tratamiento del cáncer de colon, el segundo más mortal a día de hoy (con 700.000 muertes al año), presenta un horizonte esperanzador.
Los autores del estudio ya investigan la manera de usar este método para tratar procesos de metástasis, y para extender estas buenas expectativas a las terapias de otras variedades de cáncer.
Referencia bibliográfica:
Lukas E. Dow, Kevin P. O’Rourke, Janelle Simon, Darjus F. Tschaharganeh, Johan H. van Es, Hans Clevers, Scott W. Lowe. Apc Restoration Promotes Cellular Differentiation and Reestablishes Crypt Homeostasis in Colorectal Cancer. Cell (2015). DOI: 10.1016/j.cell.2015.05.033.
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