Una nueva tecnología desarrollada por investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) está a punto de transformar la forma en que los pacientes con enfermedades mentales son seguidos y tratados por los médicos. La doctora Uri Nevo, la ingeniera Keren Sela, y otros científicos especializados en ingeniería y neurociencia, han desarrollado un nuevo sistema para smartphones que detecta cambios en los patrones de comportamiento de los pacientes, y los transmite a los profesionales en tiempo real.
Tiene el potencial de mejorar en gran medida el tiempo de respuesta y la eficacia de la psiquiatría. Al facilitar su seguimiento a través de los teléfonos inteligentes, la tecnología también proporciona a los pacientes independencia respecto a los hospitales y los médicos, e incluso respecto a miembros de su familia.
"El diagnóstico de las enfermedades mentales se basa sólo en los patrones de comportamiento", explica Nevo en la nota de prensa de la Universidad. "En algunos casos, el paciente es dado de alta del hospital y se queda en un vacío, sin ninguna idea de cómo vigilar su nuevo estado de ánimo. Dado que la mayoría de las personas poseen ya teléfonos inteligentes, pensamos: "¿Por qué no aprovechar los smartphones, donde se proyectan muchas de las actividades diarias, para hacer seguimiento de los patrones de comportamiento?"
"El trastorno bipolar, por ejemplo, comienza con un episodio maníaco", sigue Nevo. "Un paciente que por lo general hace cinco o diez llamadas diarias de pronto podría empezar a hacer docenas de llamadas al día. Cuánto hablan, cuánto escriben, el número de lugares que visitan, cuándo se van a la cama y durante cuánto tiempo. Todos estos son indicadores de la salud mental y proporcionan importantes conocimientos a los médicos que quieren atrapar una enfermedad antes de que se exprese en toda su virulencia".
Los investigadores llevaron a cabo dos ensayos clínicos con la cooperación y la dirección de psiquiatras de centros israelíes. La aplicación se instaló en los teléfonos inteligentes de 20 pacientes que sufren de trastorno bipolar, trastorno unipolar/depresivo, o trastornos esquizo-afectivos, así como en los teléfonos de 20 participantes sanos.
En el transcurso de seis meses, la aplicación captó datos de los teléfonos de los pacientes y envió la información a computadoras distantes, donde avanzados algoritmos analizan los datos para detectar cambios en el sueño, la comunicación, la movilidad, y los patrones vocales de los pacientes. Los investigadores desarrollaron además un sistema de visualización que muestra la información resumida a los psiquiatras, proporcionándoles información instantánea sobre las tendencias de comportamiento de sus pacientes.
Privacidad
Según Nevo, un paciente que utiliza la aplicación tiene un control total sobre quién tiene acceso a los patrones de comportamiento registrados y analizados en la misma. "Tenemos mucho cuidado de proteger la privacidad del paciente", asegura Nevo. "El contenido de las llamadas y los textos es completamente ignorado y nunca queda registrado, y cualquier parámetro de identificación del paciente o de sus contactos, queda enmascarado irreversiblemente y, obviamente, no se utiliza."
Los psiquiatras afirman que el sistema ya ha repercutido positivamente a su interacción con los pacientes, ofreciendo una "ventana" útil hacia la rutina diaria del paciente. Uno de los que participaron en el ensayo clínico durante un breve periodo sufrió recientemente una hospitalización, y luego le dijo a su psiquiatra: "Si hubiera mantenido la aplicación en mi teléfono, usted se habría dado cuenta de inmediato del inusual número de llamadas telefónicas que estaba haciendo, y la hospitalización podría haberse evitado".
"Queda un trecho por recorrer hasta que un sistema de este tipo demuestre su eficacia y sea adoptado por la comunidad psiquiátrica", matiza Nevo. "Sin embargo, los psiquiatras, así como los legisladores de los Estados Unidos en la materia, están de acuerdo en que este tipo de herramientas son necesarias para mejorar la práctica psiquiátrica."
La investigación fue presentada en marzo en una conferencia sobre psiquiatría, en Israel. El equipo se encuentra en conversaciones con otros centros médicos de Israel y del extranjero para ampliar los ensayos clínicos.
Otras ‘apps’
Otras aplicaciones para móvil ofrecen también posibilidades para vigilar los trastornos del comportamiento. Por ejemplo, una investigación liderada por un profesor de la Universidad de Wisconsin, David Gustafson, comprobó que una app ayuda a los pacientes alcohólicos a reducir los días de riesgo. La aplicación, en este caso, contaba con alertas y con relajaciones audio-guiadas que se activaban si los pacientes se acercaban a una zona de alto riesgo, como un bar que soliera frecuentar.
Los smartphones también pueden ayudar a pacientes con un trastorno cognitivo llamado encefalopatía hepática mínima. Desarrollada en la Universidad Virginia Commonwealth, evalúa la velocidad psicomotora y la flexibilidad cognitiva del usuario mediante el uso de palabras y colores. Por su parte, los niños con autismo pueden utilizar una app creada en la Universidad de Nebraska para aprender a comunicarse mejor.
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