El virus del papiloma humano (VPH), de transmisión sexual oral, es el causante del 26,7% de los cánceres de orofaringe en España, según un estudio conjunto de cuatro hospitales de Madrid, presentado en el 31 Congreso de la Sociedad Europea de Radiología Terapéutica y Oncología (ESTRO), el mayor encuentro científico y técnico de esta especialidad, que acoge a unos 6.000 especialistas de 50 países, y que concluye mañana domingo en Barcelona.
El virus del papiloma humano (VPH o HPV del inglés human papilomavirus) es un grupo diverso de virus ADN perteneciente a la familia de los Papillomaviridae y representan una de las enfermedades de transmisión sexual más común, conociéndose más de 100 tipos virales que, en relación a su patogenia oncológica, se clasifican en tipos de alto y de bajo riesgo oncológico.
El estudio presentado en Barcelona demuestra también que los pacientes afectados por cáncer de orofaringe ocasionado por el VPH responden mejor al tratamiento de quimioterapia y radioterapia, y presentan mejor pronóstico y tasa de supervivencia a la enfermedad.
Los datos son el resultado de una investigación que analizó muestras de 102 pacientes de cáncer de orofaringe tratados entre el año 2000 y el año 2008 en los hospitales madrileños de La Princesa, Puerta de Hierro, Ramón y Cajal y Doce de Octubre, para determinar si su patología había sido causada por el VPH.
Los investigadores estudiaron los casos de pacientes en estadios de II a IV que habían sido tratados con un esquema de radioterapia y quimioterapia similar y al menos con dos años de
seguimiento posterior al diagnóstico del tumor.
Varios estadios
El cáncer de orofaringe se clasifica en varios estadios que van del I al IV, con subdivisiones en algunos estadios. En el estadio I, el tumor es menor de 2 centímetros, y en el estadio II, el tumor mide entre 2 y 4 centímetros de dimensión mayor. Ambos estadios son localizados o precoces y se tratan con cirugía o con radioterapia.
En el estadio III el tumor mide más de 4 centímetros o ha generado metástasis en un ganglio linfático del cuello, y en el estadio IVA existen dos o más ganglios afectados. Estos son estadios localmente avanzados, normalmente tratados con radioterapia y quimioterapia.
En el estadio IVB el tumor infiltra estructuras vitales como la arteria carótida o la base del cráneo y en el estadio IVC el cáncer ha generado metástasis en otros órganos distantes.
Los pacientes en estas fases avanzadas de la enfermedad (estadio IIIB y IV) no son candidatos para la cirugía, ni para los tratamientos conservadores, ya que no se podría eliminar la totalidad del tumor.
Hasta fecha reciente, el VPH sólo se relacionaba con los cánceres de cuello uterino y de ano. Investigaciones de los últimos cuatro años lo vinculan también con el cáncer de orofaringe, aunque la causa principal de esa afección siga siendo, en un 73% de los casos, el consumo excesivo de alcohol o tabaco.
Mejor respuesta y mayor supervivencia
Para la Dra. Laura Cerezo, primera firmante del estudio y jefa del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), «es relevante analizar la incidencia del cáncer de orofaringe inducido por VPH porque estos tumores, que generalmente se dan en pacientes más jóvenes, de 40 a 55 años, responden mejor a la quimioterapia y radioterapia, y conllevan un mejor pronóstico».
Así, si bien las tasas de control local (la desaparición del tumor en la faringe) son casi idénticas a los tres años del tratamiento en todos los pacientes (52.7% de los VPH positivos frente al 51.1% de los VPH negativos), el estudio demuestra que a los tres años más pacientes con VPH (un 54.6%) que pacientes sin VPH (un 46.6%) permanecen libres de enfermedad, tanto en la faringe como a distancia (no presentan metástasis).
La supervivencia global, es decir, el porcentaje de pacientes infectados por VPH que permanece con vida a los tres años, con o sin enfermedad, también es notablemente mayor en el caso de los infectados por VPH (un 67,4%) frente a los que no (un 49,7%).
La Dra. Cerezo atribuye este hecho «a la juventud de estos pacientes y a que sean menos fumadores». Estos resultados coinciden con los llevados a cabo en otros países, que demuestran que los tumores relacionados con el HPV tienen mejor pronóstico que los relacionados con el tabaco o el alcohol.
La incidencia en España es similar a la europea, pero inferior a la de Estados Unidos. Para la Dra. Cerezo, estas diferencias se deben a los diferentes hábitos de vida: «en Estados Unidos las campañas antitabaco se iniciaron mucho antes que en Europa y que en España, por lo que la incidencia global de cáncer de cáncer de cabeza y cuello ha disminuido significativamente en EE. UU. en los últimos años. Por el contrario, el cáncer de orofaringe está aumentando debido a la infección viral por cambios en las conductas sexuales (sexo oral, parejas múltiples).
En España este cambio es más reciente: casi todos nuestros pacientes han sido fumadores y la incidencia de cáncer de orofaringe relacionado con HPV es menor».
Se desconoce la eficacia de la vacuna
«Hace unos años —añade la Dra. Cerezo— se introdujo en nuestro país la vacunación frente a VPH para prevenir el carcinoma de cuello uterino en las niñas de 9 a 14 años. Con esta medida se espera que la infección disminuya y disminuya paralelamente tanto el cáncer de cérvix como el de orofaringe, pero estos resultados se verán dentro de 15 o 20 años, que es lo que tarda en desarrollarse el carcinoma desde el primer contacto con el virus». Sin embargo, aún no se conoce si la vacuna contra HPV que se está utilizando para prevenir el cáncer de cérvix, dirigida contra los tipos 16 y 18 del virus, sería igual de eficaz para prevenir el cáncer de orofaringe.
El estudio ha sido realizado por cuatro oncólogos radioterápicos y cuatro patólogos, además de un biólogo molecular. Se determinó la infección mediante dos métodos: la expresión inmunohistoquímica de la proteína p16 y la detección de fragmentos virales en el tumor mediante Proteína C Reactiva (PCR). Este segundo método no resultó fiable por la degradación de las muestras tumorales guardadas en parafina durante años.
En opinión de la Dra. Cerezo, la determinación del virus en el tumor por inmunohistoquímica «es un método fiable, que puede aplicar en la práctica clínica habitual con facilidad, a diferencia de otros métodos de determinación más complejos, como el PCR o la hibridación in situ (FIS), empleados más frecuentemente en los laboratorios de investigación.
Más ensayos
En la actualidad, el equipo de la Dra. Cerezo está centrado en el tratamiento del cáncer con la conservación de órgano (por ejemplo la laringe y lengua) y tratando de evitar cirugías mutilantes. Participan además en ensayos para mejorar el tratamiento de soporte al paciente con cáncer, incluyendo el soporte nutricional, el tratamiento para el dolor y la disminución de efectos secundarios de la irradiación.
En un siguiente paso, el equipo pretende analizar el perfil genético de los tumores HPV positivos y comprobar si es diferente del perfil de los tumores HPV negativos. Continuarán también analizando muestras de un mayor número de pacientes para consolidar la estadística obtenida hasta ahora.
Hacer un comentario