Un equipo de científicos y médicos de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, está desarrollando dos novedosos dispositivos que ayudarán a pronosticar los partos prematuros o pretérmino, que son aquéllos que se producen antes de 37 semanas de gestación.
Según publica dicha Universidad en un comunicado, aunque la tecnología de estos aparatos ya ha sido testada en pequeñas pruebas (que demostraron que puede detectar el riesgo de parto prematuro en un 95% de los casos), próximamente será probada en dos importantes ensayos clínicos, puestos en marcha en colaboración con la Sheffield Teaching Hospitals NHS Foundation Trust, con el fin de evaluar su eficiencia y seguridad.
Dos grandes ensayos clínicos en marcha
En uno de los ensayos, que cuenta con casi 750.000 euros de fondos del Medical Research Council (MRC), participarán durante los próximos dos años 500 mujeres pacientes del Sheffield´s Jessop Wing Hospital.
De ellas, se estima que unas 300 presentarán un alto riesgo de parto prematuro porque ya han tenido al menos un embarazo previo con este riesgo. Las 200 mujeres restantes no presentan un historial de partos prematuros.
En este primer ensayo, será probado uno de los dispositivos, con el que se predecirán los resultados de los partos de las participantes. Después se comprobarán si las predicciones han sido o no acertadas.
El segundo dispositivo está siendo desarrollado actualmente, en el marco de un estudio pionero. Si ambos aparatos demuestran su eficacia, en un futuro servirán para mejorar la atención de las mujeres embarazadas que padezcan este peligro.
Gracias a ellos los médicos podrán, por ejemplo, aplicar un tratamiento hormonal denominado terapia hormonal de progesterona de una forma más específica, con el fin de prolongar el embarazo.
Además, los dispositivos señalarán a aquellas mujeres que deban ser transferidas a una unidad mejor equipada, en la que se les suministre la atención neonatal que pudieran precisar si sus hijos nacen antes de tiempo.
En el sentido contrario, la tecnología podría determinar la ausencia de riesgo de parto prematuro en cualquier embarazada y, en consecuencia, la no necesidad de intervención médica, lo que a gran escala y a largo plazo supondría un importante ahorro para los servicios sanitarios.
Cómo funciona el sistema
Los dispositivos desarrollados permitirán examinar el cuello del útero de cualquier mujer embarazada, para determinar el riesgo de que ésta sufra un parto prematuro.
Pero, ¿cómo lo harán? Según publica la revista Theengineer, la tecnología desarrollada por los científicos de Sheffield utiliza impulsos eléctricos para medir los cambios en la resistencia eléctrica de las células del cuello del útero.
Unas semanas o meses antes de que nazca un bebé, pueden producirse modificaciones en el tejido del cuello del útero que afecten a la relación entre las células cervicales, lo que a su vez cambia los patrones de resistencia eléctrica de éstas.
La detección de los cambios en estos patrones permite conocer el riesgo que sufre el embarazo. De hecho, estos cambios son indicadores de la existencia de riesgo de la mayoría de causas de parto prematuro. Además, pueden ser detectados bastante pronto, entre la semana 20 y la semana 22 de embarazo.
Los dispositivos son pequeños, para que puedan acceder hasta el útero. Introducir en ellos toda la tecnología necesaria representó un importante desafío, según reconoce Dilly Anumba, ginecólogo de la Universidad de Sheffield al cargo del proyecto.
Tecnología disponible en cinco años
Los nacimientos prematuros son la causa de más del 70% de las muertes de neonatos, y son la principal causa de enfermedades infantiles, discapacidad mental e incapacidad física a nivel global.
Uno de cada cuatro bebés que nace antes de las 28 semanas de embarazo (un embarazo se considera a término a partir de las 38 semanas de gestación) desarrolla una discapacidad mental. Por todo, el funcionamiento de esta tecnología podría resultar de una enorme importancia.
Según Anumna: “Si podemos probar que los dispositivos son precisos, esta tecnología podría transformar nuestra capacidad de predecir y gestionar los partos prematuros. Actualmente, nuestros métodos predictivos no son fiables, y eso hace más difícil proporcionar a las madres y a los bebés el tratamiento que necesitan para maximizar las posibilidades de un parto exitoso”.
Los científicos esperan que los ensayos con ambos aparatos, que cuentan con un total de concluyan en tres años. Si resultan eficientes, se prevé que este disponibles para el NHS (el Servicio nacional de salud del Reino Unido) en cinco años.
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