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Una terapia experimental de células madre permite a un tetrapléjico usar los brazos

Una terapia experimental con células madre ha conseguido que un hombre de 21 años, paralizado del cuello para abajo por un accidente, consiga 90 días después alimentarse por sí mismo, usar su teléfono móvil, o abrazar a sus amigos y familiares. Las células AST-OPC1 se hacen a partir de células madre embrionarias, y se inyectan en la médula espinal.

Una terapia experimental de células madre permite a un tetrapléjico usar los brazos

El Centro Médico Keck, de la Universidad de California del Sur (USC, EE.UU.), anunció el miércoles que un equipo de médicos es el primero de California que inyectar un tratamiento experimental a partir de células madre, AST-OPC1, en la columna cervical dañada de un hombre recientemente paralizado de 21 años de edad, como parte de una ensayo clínico multicentro.

El 6 de marzo, cerca de su 21º cumpleaños, Kristopher (Kris) Boesen, de Bakersfield, sufrió una lesión traumática en su columna cervical cuando su coche patinó en una carretera mojada, chocó contra un árbol y se estrelló contra un poste de teléfono.

A sus padres, Rodney y Annette Boesen, se les advirtió de que había una alta probabilidad de que su hijo estuviera permanentemente paralizado del cuello hacia abajo. Sin embargo, también les dijeron que Kris podría participar en un estudio clínico que podría ayudarle.

Al frente del equipo quirúrgico y trabajando en colaboración con el Centro Nacional de Rehabilitación Rancho Los Amigos y Keck Medicine, Charles Liu, director del Centro de Neurorrestauración de la USC, inyectó una dosis experimental de 10 millones de células AST-OPC1 directamente en la médula espinal cervical de Boesen, a principios de abril.

«Por lo general, los pacientes con lesión de la médula espinal se someten a cirugía que estabiliza la columna, pero en general hace eso hace muy poco por restaurar la función motora o sensorial», explica Liu en la noticia de la USC. «Con este estudio, estamos probando un procedimiento que puede mejorar la función neurológica, y podría marcar la diferencia entre estar permanentemente paralizado y ser capaz de utilizar los brazos y las manos. Restaurar ese nivel de funcionamiento podría mejorar significativamente la vida diaria de los pacientes con lesiones severas de la médula».

Dos semanas después de la cirugía, Boesen comenzó a mostrar signos de mejora. Tres meses más tarde, es capaz de alimentarse por sí mismo, utilizar su teléfono móvil, escribir su nombre, manejar una silla de ruedas motorizada y abrazar a sus amigos y familiares. La mejora de la sensación y el movimiento en ambos brazos y las manos también hace que le sea más fácil cuidar de sí mismo, e imaginar una vida vivida de manera más independiente.

«A los 90 días del tratamiento, ha ganado una mejora significativa en su función motora, hasta dos niveles de la médula espinal», dice Liu. «En su caso, dos niveles de la médula espinal significan usar las manos para cepillarse los dientes o hacer funcionar un ordenador». Los médicos son prudentes a la hora de predecir futuros progresos de Boesen.

El proceso

Para poder participar en el ensayo clínico, los pacientes deben estar entre las edades de 18 y 69 años, y su situación debe ser lo suficientemente estable como para recibir una inyección de AST-OPC1 entre los días 14º y 30º después de la lesión.

Debido a que el margen para realizar la cirugía era apretado, hizo falta que todo fuera según lo previsto para que pudiera aplicársele la terapia.

Una vez que tomó la decisión de participar en el estudio, decenas de médicos, enfermeras y especialistas en rehabilitación entraron en acción. Debido a que tenía que proporcionar confirmación de voz a su deseo de participar en el estudio, tenía que ser capaz de respirar sin un ventilador. Quitar la respiración asistida a un paciente en general es un proceso de tres semanas. Lo hizo en cinco días con la ayuda de un equipo de cuidados respiratorios. Firmó los papeles y comenzó una semana de evaluaciones, análisis y otras pruebas antes de la cirugía.

A principios de abril, un equipo quirúrgico del Hospital Keck inyectó cuidadosamente 10 millones de células AST-OPC1 directamente en la columna cervical de Kris. Casi seis semanas más tarde, Kris fue dado de alta y regresó a Bakersfield para continuar su rehabilitación. Los médicos revisaron su progreso siete días, 30 días, 60 días y 90 días después de la inyección, y lo harán también a los 180 días, 270 días y un año.

Células madre

El procedimiento de células madre que recibió Boesen es parte de un estudio clínico en fase 1 / 2a que evalúa la seguridad y eficacia de dosis crecientes de células AST-OPC1 desarrolladas por Asterias Biotherapeutics, con sede en Fremont (California).

Las células AST-OPC1 se hacen a partir de células madre embrionarias mediante su conversión cuidadosa en células progenitoras de oligodendrocitos (OPC), que son células que se encuentran en el cerebro y la médula espinal y que soportan el funcionamiento saludable de las células nerviosas.

En estudios de laboratorio anteriores, se vio que las AST-OPC1 producen factores neurotróficos, estimulan la vascularización e inducen la remielinización de los axones desnudos. Todos son factores críticos en la supervivencia, el re-crecimiento y la conducción de los impulsos nerviosos a través de los axones en el lugar de la lesión, según Edward D. Wirth III, director médico jefe de Asterias e investigador principal del estudio, denominado SCiStar.

Keck es uno de los seis lugares de EE.UU. autorizados a inscribir participantes y a administrar la dosis del ensayo clínico. Los primeros resultados preliminares de datos de un grupo de pacientes de este estudio estarán disponibles en unos días.  Boesen y los médicos cuentan su experiencia en este vídeo.

RedacciónT21

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