La Unión Europea posee el mayor número de licenciados y estudiantes universitarios en ciencia y es también el mayor productor de publicaciones científicas, pero el 70% de los doctores prefieren instalarse en Estados Unidos, según el tercer informe europeo sobre los indicadores en ciencia y tecnología 2003.
Europa genera cada año 2,14 millones de licenciados en ciencias y tecnologías, frente al 2,07 de Estados Unidos y 1,1 millones de Japón. Sin embargo, el número de licenciados que terminan sus estudios en el extranjero también es mayor cada año.
En la actualidad son 400.000 los investigadores e ingenieros europeos que viven en Estados Unidos. Entre 1991 y 2000, más de 15.000 europeos han conseguido un doctorado en las universidades americanas.
Fuga de cerebros
La realidad es que se está produciendo una fuga de cerebros hacia Estados Unidos. Una de las explicaciones de este fenómeno radica en que Europa ofrece menos oportunidades profesionales: sólo emplea a 5,4 investigadores por puesto de trabajo, frente a 8,7 en Estados Unidos y 9,7 en Japón.
Otra explicación radica en la prioridades norteamericanas respecto a la investigación, ya que Estados Unidos dedica entre 30 mil y 100 mil millones de dólares más que Europa a proyectos científicos y tecnológicos.
El sector privado europeo sólo contribuye con el 56% de los recursos dedicados a la investigación, frente a los dos tercios que aportan las empresas en Estados Unidos y Japón.
Una tercera razón es la atracción que ejerce el sistema académico y de investigación de Estados Unidos. Según el Instituto Internacional de Educación, el 11 de septiembre no ha frenado la llegada de estudiantes extranjeros al país, ya que en el curso 2001-2002 la progresión fue del 6,4% respecto al curso anterior.
Estudiantes extranjeros
El Instituto destaca también que 55% de los postdoctorados norteamericanos de los sectores de ciencia e ingeniería son extranjeros, así como que el 46% de las tesis presentadas cada año en estas disciplinas las aportan estudiantes de otros países.
Sólo el año pasado, las universidades norteamericanas acogieron a 583.000 estudiantes procedentes de otros países, de los cuales más de la mitad eran asiáticos y el 14% europeos.
Esta población estudiantil representa un mercado de 12 mil millones de dólares anuales y su actividad ocupa el quinto puesto en la balanza comercial del país.
Europa necesita revisar su estrategia académica y de investigación, según el informe de la Comisión, ya que más de un tercio de los estudiantes extranjeros de tercer ciclo y el 50% del personal científico proceden de otro Estado miembro de la Unión.
La mayoría de los científicos y técnicos europeos que deciden trabajar en el extranjero viajan a Estados Unidos. El 75% de ellos deciden quedarse en aquel país después de terminar sus estudios, una proporción que no deja de aumentar desde los años noventa.
Industria y competitividad
Otro panorama que describe el informe es el deterioro de la balanza tecnológica europea: el déficit comercial en los productos del sector ha pasado de representar nueve mil millones de euros en 1995 a los 48.000 millones de euros en el año 2000.
El retraso europeo es especialmente destacado en biotecnología. Aunque la producción científica en este campo es superior a la de Estados Unidos, las empresas europeas son deficitarias en registro de patentes y en comercialización de sus productos: las demandas europeas de patentes sólo representan el 27,8% del total, frente al 51,9% de Estados Unidos.
En el dominio de la nanotecnología, Europa muestra un panorama más esperanzador: los quince representan el 39% de las patentes, frente al 45% de patentes solicitadas por Estados Unidos y Canadá.
Ello no impide que a nivel global las solicitudes de patentes europeas hayan declinado en los últimos diez años, particularmente en lo que respecta a las patentes de alta tecnología.
Universidades e investigación
Finalmente, por lo que respecta a las universidades, el informe destaca el retraso académico de dos disciplinas nuevas como son la biotecnología y las nanotecnologías, lo que desvela que aún falta por potenciar sus vínculos con las empresas.
El informe destaca las 22 universidades europeas por frecuencia de impactos y en ellas no figura ninguna española. La primera y con diferencia es la de Cambridge, seguida de la de Oxford.
Sólo si se analizan por publicaciones, la Universidad de Barcelona aparece en el onceavo puesto y es la única española que se menciona en toda la clasificación.
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