Mientras van aumentando las protestas de la población mundial contra el excesivo poder financiero, la ciencia confirma que los más oscuros temores de los ciudadanos tienen una base empírica.
Según publica la revista Newscientist, un análisis realizado por especialistas de la Escuela Politécnica Federal de Zürich (ETH), en Suiza, sobre 43.000 corporaciones transnacionales (CTs) ha revelado que un relativamente pequeño grupo de organizaciones, principalmente bancos, cuentan con un poder desproporcionado sobre la economía global.
Los resultados de dicho análisis podrían ayudar a identificar fórmulas para construir un capitalismo global más estable, afirman los autores del estudio.
Análisis basado en la realidad
La investigación, llevada a cabo por los teóricos de sistemas complejos de la ETH, Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston, es la primera que va más allá de la ideología para identificar empíricamente la red mundial del poder económico.
Combinando matemáticas ya utilizadas para modelar sistemas naturales con datos integrales de las corporaciones, los científicos elaboraron un mapa de los dominios de las corporaciones transnacionales de todo el mundo.
Según James Glattfelder, uno de los autores del estudio: “La realidad es tan compleja que debíamos movernos más allá de los dogmas y de las teorías conspirativas del mercado libre, para generar un análisis basado en la realidad”.
Estudios previos habían constatado que unas pocas CTs manipulaban una gran parte de la economía mundial, pero éstos habían incluido sólo a un número limitado de corporaciones y habían omitido posesiones indirectas (de acciones o participaciones en otras organizaciones), por lo que no pudieron establecer cómo afectaba la red de corporaciones a la economía global, por ejemplo, a su grado de estabilidad.
Lo que ha hecho el equipo de investigadores de Zurich es utilizar la Orbis 2007, una base de datos sobre 37 millones de organizaciones e inversores de todo el mundo y extraer de ella las 43.060 corporaciones transnacionales y sus posesiones vinculadas.
A partir de esta información, los científicos elaboraron un modelo sobre el control de estas corporaciones sobre otras, a través de las redes de compra de acciones. De esta forma, se generó un mapa de la estructura del poder económico en el mundo.
Una súper entidad altamente cohesionada
El resultado, que será publicado en la revista PloS One, reveló que existe un núcleo de 1.318 corporaciones que interbloquean las posesiones generales. Cada una de estas organizaciones tiene lazos con otras dos o más corporaciones, aunque de media están conectadas con un total de 20.
Además, aunque estas 1.318 organizaciones reúnen el 20% de los ingresos operacionales globales, en realidad poseen colectivamente, a través de sus participaciones, la mayoría de las acciones y fábricas del mundo – la economía “real”-, con las que acumulan más de un 60% de los ingresos globales.
Profundizando más en la red de posesiones mundial, los investigadores constataron además que existe una “súper entidad”, formada por sólo 147 corporaciones muy cohesionadas entre sí. Las posesiones de cada una de ellas son sostenidas por el resto de los miembros de esta súper entidad, que controla el 40% de la riqueza total de la red.
Glattfelder señala que “en efecto, menos del 1% de las corporaciones del mundo pueden controlar el 40% de toda la red económica”. La mayoría de estas corporaciones son instituciones financieras. Entre las 20 primeras están Barclays Bank, JpMorgan Chase & Co, y el Grupo Goldman Sachs.
Es necesario limitar el poder económico
Un aspecto esencial del mapa del monopolio económico del mundo es que muestra que este tipo de redes nucleares son inestables: “Si una de las empresas que la componen tiene problemas, éstos se propagan”, explica Glattfelder. El colapso financiero de 2008 ha demostrado esta inestabilidad, según publica al respecto Dailymail.
Pero la identificación de la arquitectura del poder económico global podría ayudar a hacer que dicha arquitectura sea más estable: definir los aspectos vulnerables del sistema ayudaría a los economistas a sugerir medidas para prevenir futuros colapsos que se extiendan a toda la red.
En este sentido, Glattfelder afirma que son necesarias normas globales contra los monopolios que permitan limitar las interconexiones excesivas entre las corporaciones transnacionales. Este tipo de normas actualmente sólo existen a nivel nacional.
Otros expertos sugieren que una posible solución sería gravar con impuestos el exceso de interconexiones entre las CTs, con el fin de reducir los riesgos derivados de sus interrelaciones.
Según los científicos de Zurich, la gran pregunta ahora es si el poder político puede ejercer semejante autoridad sobre las corporaciones. De cualquier manera, los cambios para resistir a la estructura de la red económica global son de interés común.
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