Una parte del Océano glacial Ártico se ha calentado tanto debido al calentamiento global que ya podría considerarse como una parte del Océano Atlántico, alerta un estudio del Institute Of Marine Research de Noruega.
La parte más afectada es el Mar de Barents, el espacio donde el Atlántico se encuentra con el océano Ártico. El agua caliente del Atlántico desemboca en el Ártico como una capa de agua cálida que viaja debajo de capas de agua fría.
En el Ártico interior, una capa de hielo perenne y una atmósfera fría y densa mantienen las capas oceánicas superiores lo suficientemente frías como para que el agua más caliente no pueda mezclarse con ellas, señala el estudio.
Sin embargo, esta situación está cambiando debido al calentamiento global: en el Mar de Barents, las temperaturas suben más deprisa que en cualquier otra parte del Ártico, no sólo en la atmósfera, sino también en la superficie oceánica, provocando que la pérdida de hielo marino en invierno sea la mayor de todo el Ártico.
Sigrid Lind, autora principal del estudio, señala en un comunicado que «menos entrada de hielo marino desde el Ártico interior ha causado una pérdida de agua dulce del 40 por ciento en el norte del mar de Barents, lo que provoca una estratificación más débil y una mayor mezcla vertical con la capa profunda del Atlántico».
Desde la última glaciación
Y añade: “La reducción del suministro de hielo marino desde el océano Ártico hasta el norte del mar de Barents ha provocado una mayor mezcla de aguas atlánticas calientes de las profundidades. Como resultado, la capa de agua del Ártico se ha vuelto dramáticamente mucho más cálida. Esto puede explicar por qué ha habido menos formación de hielo en el invierno”.
Los autores destacan que estos cambios climáticos tan rápidos no se producen desde la última glaciación, que concluyó 10.000 años antes de la era cristiana, dando paso al Holoceno o periodo posglacial, que es en el que nos encontramos en la actualidad.
«Estamos siendo testigos de un evento de cambio climático rápido de un tipo que anteriormente solo se había observado en la historia climática pasada de la Tierra», dice Lind, y continúa: «El calentamiento global se manifiesta tan profundamente en el Ártico que la parte más vulnerable de este océano glaciar de se pierde en el dominio Atlántico».
Desde el año 2000, la temperatura en algunas zonas del Ártico ha subido hasta 1,5ºC, lo que puede tener consecuencias dramáticas para sus ecosistemas marinos, señala el estudio. La progresiva pérdida de la cubierta helada de este océano glaciar pone en peligro a mamíferos marinos (osos polares y focas especialmente), aves y microorganismos que encuentran en el hielo marino su hábitat natural.
Impacto en la pesca, petróleo y turismo
De hecho, ya se han constatado algunos cambios, como que el bacalao y otras poblaciones de peces comerciales propias del sur del Mar de Barents, se estén expandiendo más hacia el norte, afectando así a las rutas tradicionales de pesca. El petróleo y el turismo también se verán afectados por estos cambios, señala el estudio.
Esta investigación se ha desarrollado a partir de un amplio conjunto de observaciones de la temperatura y salinidad del Ártico durante cinco décadas, entre 1970 y 2016, por lo que sus resultados pueden considerarse concluyentes y no coyunturales.
Además, precipita lo que anteriores estudios calculaban que ocurriría para finales del siglo XXI: que el Mar de Barents sería para entonces una extensión del océano Atlántico. El nuevo estudio considera que eso ocurrirá “pronto” y será un episodio sin precedentes.
El océano Glacial Ártico es el más pequeño y septentrional del planeta. Se encuentra principalmente al norte del círculo polar ártico, entre Europa, Asia y América del Norte. Es limítrofe con la parte norte del Atlántico, del que recibe grandes masas de agua a través del estrecho de Fram (que comunica el Océano Ártico con el mar de Groendlandia) y del mar de Barents.
Referencia
Arctic warming hotspot in the northern Barents Sea linked to declining sea-ice import. Sigrid Lind, Randi B. Ingvaldsen & Tore Furevik. Nature Climate Changevolume 8, pages 634–639 (2018).
Hacer un comentario