El Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) ha alertado hoy, en la presentación en Yokohama (Tokio) de una nueva fase del Quinto Informe de Evaluación (AR5) sobre el cambio climático -las conclusiones de la primera fase se hicieron públicas el pasado mes de septiembre-, de que los efectos del cambio climático ya se están produciendo en todos los continentes y en los océanos.
El trabajo, titulado “Cambio Climático 2014. Impacto, adaptación y vulnerabilidad”, detalla además el efecto del cambio climático hasta la fecha, los riesgos futuros que se derivan de él, y las posibles medidas efectivas con las que reducir esos riesgos.
Para prepararlo se seleccionaron en total 309 autores principales coordinadores, autores principales y editores revisores procedentes de 70 países.
Según declaraciones de Michel Jarraud, secretario de la Organización Mundial de Meteorología (OMM) difundidas por EFE, «ya no hay ninguna duda de que el clima está cambiando», y añadió que «el 95% de este cambio se debe a la actividad humana”.
En general, los miembros del IPCC esperan que el AR5 proporcione una clara visión del estado actual del conocimiento científico sobre el cambio climático. Este informe comprenderá tres informes de Grupos de trabajo, y un Informe de síntesis que se presentará el próximo mes de octubre.
Influencia humana evidente y clara
Para este nuevo trabajo se usaron avanzados modelos climáticos de patrones y tendencias de la temperatura en superficie a escala continental y a lo largo de muchos decenios, informa el IPCC en su página web.
Además, se contemplaron observaciones y modelos de cambio de temperaturas, retroalimentaciones climáticas y modificaciones del balance energético de la Tierra; una combinación de datos que “ofrece confianza sobre la magnitud del calentamiento mundial” como fruto de “la influencia humana”.
Se ha detectado la influencia humana, más concretamente, en el calentamiento de la atmósfera y el océano, en alteraciones en el ciclo global del agua, en reducciones de la cantidad de nieve y hielo, en la elevación media mundial del nivel del mar, y en cambios en algunos fenómenos climáticos extremos.
“Es sumamente probable que la influencia humana haya sido la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX”, concluye el texto.
Consecuencias futuras
Según el IPCC, las consecuencias del cambio climático a nivel mundial y regional serían las siguientes: En el mundo, es probable que para finales del siglo XXI, la temperatura global en superficie sea superior en entre 1,5 y 2ºC a la del período 1850-1900, para todos los escenarios considerados de trayectorias de concentración representativas (RCP).
Por otra parte, el calentamiento continuará mostrando una variabilidad entre interanual y decenal; pero no será uniforme en todas las regiones.
En Europa, en concreto, provocará un incremento de las restricciones de agua y un aumento de las olas de calor, con un impacto negativo en la productividad laboral, la producción agrícola y la calidad del aire; además de elevar el riesgo de incendios forestales y afectar negativamente a la salud y el bienestar públicos.
En este último sentido, justo la semana pasada el Centro Común de Investigación (JRC), que realiza informes científicos para la Comisión Europea, señaló a raíz de otro estudio que la tasa de mortalidad de la población en nuestro continente podría duplicarse en 2080, si no se toman medidas contra el cambio climático ahora.
Estos fallecimientos estarían “relacionados con el calor”, pues el JRC ha previsto que para ese año, durante los tres meses de verano, la península ibérica y las regiones del sur de Europa hayan sufrido un incremento de hasta 6 ºC.
Cambios en el ciclo del agua
Los cambios que se producirán en el ciclo global del agua, en respuesta al calentamiento durante el siglo XXI, no serán uniformes, señala el informe del IPCC, pero éstas serían sus características principales:
– Se acentuará el contraste en las precipitaciones entre las regiones húmedas y secas y entre las estaciones húmedas y secas, si bien podrá haber excepciones regionales.
– Los océanos mundiales seguirán calentándose durante el siglo XXI. El calor penetrará desde la superficie hasta las capas profundas de los océanos y afectará a la circulación oceánica.
– Es muy probable que la cobertura de hielo del Ártico siga menguando y haciéndose más delgada, y que el manto de nieve en primavera en el hemisferio norte disminuya a lo largo del siglo XXI a medida que vaya aumentando la temperatura media global en superficie. El volumen global de los glaciares continuará reduciéndose.
– El nivel medio global del mar seguirá aumentando durante el siglo XXI, muy probablemente con un ritmo de elevación mayor que el observado durante el período 1971–2010. Esto podría tener consecuencias catastróficas, sobre todo para el continente americano, han señalado expertos en otras ocasiones.
En el Congreso Científico Internacional sobre Cambio Climático celebrado en 2009 en Copenhague –un encuentro en el que participaron investigadores de más de 70 países- se alertó del peligro que corren las zonas del Caribe, México, y Ecuador, Nueva York y Florida, en Estados Unidos. Los especialistas calculan que, actualmente, unos 600 millones de personas viven en áreas que corren peligro de ser inundadas.
CO2 en la atmósfera
– El cambio climático afectará a los procesos del ciclo del carbono, de un modo que agudizará el aumento de CO2 –uno de los gases que provocan el efecto invernadero- en la atmósfera.
– Por otra parte, las nuevas incorporaciones de carbono en los océanos provocarán una mayor acidificación de estos. Un informe de 2013 del Programa Internacional Geosfera-Biosfera alertó de que esta acidificación oceánica podría hacer desaparecer el 30% de las especies marinas en 75 años.
– Las emisiones de CO2 acumuladas determinarán en gran medida el calentamiento medio global en superficie a finales del siglo XXI y posteriormente. La mayoría de los aspectos del cambio climático perdurarán durante muchos siglos, incluso aunque pararan las emisiones de CO2, lo que supone una notable inexorabilidad del cambio climático durante varios siglos.
Medidas a aplicar
A pesar de todo, el nuevo informe del IPCC llega a la conclusión de que aún es posible luchar contra todos estos riesgos; aunque serán difíciles de controlar si se alcanzan niveles elevados de calentamiento.
“Si comprendemos que controlar los riesgos del cambio climático es una tarea acuciante, se nos abre una amplia gama de posibilidades para integrar la adaptación en el desarrollo económico y social y en las iniciativas para limitar el calentamiento en el futuro. Es indudable que nos enfrentamos a una tarea difícil, pero comprender esas dificultades y hacerles frente de manera creativa puede hacer que la adaptación al cambio climático se convierta en una vía importante para construir un mundo más dinámico a corto plazo y en un futuro más lejano”, aseguró Chris Field, copresidente del Grupo de trabajo II del IPCC que ha realizado el informe, en la presentación de éste.
El Grupo de trabajo II evalúa la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales al cambio climático, las consecuencias negativas y positivas de dicho cambio, y las posibilidades de adaptación al mismo.
El IPCC insta por todo ello a los líderes políticos a tomar medidas para reforzar los sistemas de vigilancia de eventos climáticos extremos; y a mejorar la gestión de recursos hídricos y de las políticas para promover el ahorro de agua o para combatir los incendios forestales.
En septiembre PASADO, entre las medidas propuestas por el IPCC a los responsables políticos, apareció por vez primera la geoingenería o ingeniería climática (a la que últimamente se le han puesto pegas), pero también otras recomendaciones ya clásicas, como la implantación y la expansión de las energías renovables, la protección de los bosques, los océanos y los recursos hídricos o la reducción de gases de efecto invernadero, un factor del que “dependerá lo que suceda en muchas partes del mundo en los próximos años», según el presidente del IPCC, Rajendra Pachauri.
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