Tendencias21

El efecto placebo depende de la genética de cada persona

Los efectos de los placebos dependen de la genética de cada persona, en concreto de los genes que dirigen las vías de neurotransmisión cerebral, que también están involucradas en la respuesta a los fármacos. Esto significa, según investigadores estadounidenses, que para evaluar correctamente el efecto de un fármaco, habrá que dividir a los participantes en el estudio en tres grupos: unos que tomen el fármaco, otros que tomen el placebo, y otros que no tomen nada.

El efecto placebo depende de la genética de cada persona

Los placebos han contribuido a aliviar los síntomas de la enfermedad durante siglos y han sido un componente fundamental de la investigación clínica para probar nuevas terapias con medicamentos durante más de 70 años. Pero por qué algunas personas responden a los placebos y otras no sigue siendo objeto de debate.

Con el advenimiento de la genómica, los investigadores están aprendiendo que las respuestas al placebo dependen de la genética de una persona, un descubrimiento que plantea nuevas cuestiones importantes en relación con el papel del placebo en la atención al paciente y en el desarrollo de fármacos: ¿Puede el campo de la medicina aprovechar la respuesta al placebo para mejorar el tratamiento médico personalizado? ¿Qué significará esta nueva información para los ensayos clínicos aleatorios, que dependen de los controles con placebo para probar la eficacia de nuevos fármacos? ¿Se debe agregar un control «sin tratamiento» para los ensayos futuros?

Investigadores del Programa de Estudios sobre Placebo del Centro Médico Beth Israel Deaconess (Boston, EE.UU.) y del Departamento de Medicina del Hospital Brigham and Women exploran estos provocadores temas en una revisión de la evidencia de estudios con placebo y ensayos clínicos aleatorios.

Publicado en línea ayer en Trends in Molecular Medicine, el artículo introduce el concepto de «la placebomía», e identifica una red de genes que podrían influir significativamente el diseño de ensayos clínicos, lo cual sugiere que los placebos juegan un papel más importante en el cuidado de la salud de lo que aceptaba hasta ahora.

Según la autora Kathryn T. Hall, del Beth Israel Deaconess, y de la Escuela de Medicina de Harvard, «el estudio de los efectos genómicos sobre la respuesta al placebo está en sus inicios, pero ya hay amplia evidencia de que las variaciones genéticas en las vías de neurotransmisión del cerebro modifican los efectos del placebo. Por tanto, las respuestas al placebo se están convirtiendo en una serie de reacciones biológicas que deben ser rigurosamente caracterizadas para un desarrollo farmacéutico eficiente y una óptima atención del paciente».

El papel de los neurotransmisores

El efecto placebo se produce cuando los pacientes muestran una mejora con tratamientos que no contienen ingredientes activos. Los científicos utilizaron inicialmente instrumentos de comportamiento, como mediciones de la personalidad, para predecir qué pacientes responderían a los placebos, pero en la última década, el desarrollo de sofisticadas tecnologías de neuroimagen centró la atención en la activación de las vías de neurotransmisión del cerebro en respuesta a los placebos.

«Debido a que son los mensajeros químicos que, o bien excitan o inhiben la función nerviosa del cerebro, muchos neurotransmisores desempeñan un papel clave en la recompensa y el dolor», explica Hall en la nota de prensa del Beth Israel Deaconess. «Nuestra hipótesis era que la variación genética en los genes que codifican las proteínas en estas vías de neurotransmisión también puede modificar las respuestas con placebo.»

En 2012, Hall identificó el primer biomarcador del placebo, el gen de la catecol-O-metiltransferasa (COMT), señalando que las variaciones genéticas en la COMT – que influyen en los niveles cerebrales del neurotransmisor dopamina – también determinaban el grado de respuesta al placebo de un individuo.

Una revisión de la literatura científica de los últimos 10 años proporcionó a los autores confirmación de que, más allá del gen COMT, hay evidencia de variación genética en otras vías de neurotransmisión que modifican la respuesta al placebo. Entre ellas, las vías del opioide, de los endocannabinoides y de la serotonina – lo cual sugiere la posible existencia de una placebomía o «red» de genes.

Interacción fármaco-placebo

Que las vías de neurotransmisión estén involucradas en las respuestas al placebo plantea una nueva consideración, tanto sobre la atención al paciente como sobre la investigación clínica, dicen los autores: ¿Qué pasa si las respuestas al placebo y las respuestas a los fármacos comparten las mismas vías cerebrales?

«Estamos descubriendo que el placebo no es el único componente del efecto placebo», explica el coautor del artículo Ted Kaptchuk. «Estas vías de neurotransmisión, que dependen de la genética, son vías usadas tanto por fármacos como por placebo. Esto sugiere ahora que un fármaco podría cambiar una respuesta al placebo y una respuesta al placebo podría modificar una respuesta al fármaco.»

Los autores añaden que la posible superposición entre el placebo, el tratamiento farmacológico y la enfermedad se suma a la complejidad de la placebomía y pone de relieve la importancia de comprender cómo encaja en redes más grandes y complejas.

Ensayos clínicos

«La posibilidad de que podría haber una interacción fármaco-placebo como resultado de la variación genética de los genes de las vías del placebo sugiere que tenemos que perfeccionar y recalibrar los supuestos de los controles con placebo en los ensayos clínicos aleatorios», escriben los autores.

«Un paso importante en la descripción de la placebomía sería incluir un control sin tratamiento en ensayos clínicos aleatorizados y controlados con placebo. Este enfoque podría ser rentable y permite una visión amplia de los genes de respuesta al placebo y otras moléculas respecto a diferentes enfermedades y tratamientos».

«El mejor control para un medicamento es un placebo, pero si quieres estudiar los placebos necesitas un control sin tratamiento», opina Hall. «Esta es una de las principales limitaciones de la literatura científica».

Referencia bibliográfica:

Kathryn T. Hall et al.: Genetics and the placebo effect: the placebome.. Trends in Molecular Medicine (2015). DOI: 10.1016/j.molmed.2015.02.009.

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • La IA puede anticipar con tiempo la formación de olas gigantes en el mar 24 noviembre, 2024
    Un nuevo sistema basado en Inteligencia Artificial puede anticipar la formación de olas gigantescas en el mar en un tiempo récord: entre 1 y 5 minutos antes de que se conviertan en una amenaza para barcos y plataformas marinas.
    Redacción T21
  • Descubren en un lago de Noruega un naufragio ocurrido hace más de 700 años 23 noviembre, 2024
    Los arqueólogos han descubierto en el fondo del lago más grande de Noruega, a 410 metros de profundidad, los restos de un naufragio que tuvo lugar hace más de 700 años. No puede ser un barco vikingo, porque se habría hundido después del año 1300.
    Redacción T21
  • Nuestro antiguo ancestro Lucy convivió con hasta cuatro especies protohumanas diferentes 22 noviembre, 2024
    Hace unos 3,2 millones de años, nuestra antepasada "Lucy" deambulaba por lo que hoy es Etiopía: el descubrimiento de su esqueleto fósil hace 50 años transformó nuestra comprensión de la evolución humana. Ahora, distintos estudidos sugieren que su especie, Australopithecus afarensis, no estaba sola: habría convivido en un amplio sector con hasta al menos otras […]
    Pablo Javier Piacente
  • Confirmado: la Tierra se está calentando al ritmo más rápido jamás registrado 22 noviembre, 2024
    2023 y 2024 fueron los años más cálidos en los registros que se remontan a mediados del siglo XIX, y estarán cerca de 1,5 grados Celsius por encima de la temperatura de la era industrial temprana. Mientras el mundo tardó un siglo en elevar su temperatura por encima de 0,3 grados Celsius, se ha calentado […]
    Pablo Javier Piacente
  • Un completo atlas celular humano muestra como nunca los misterios de nuestro mundo interno 22 noviembre, 2024
    Los científicos han dado un gran paso adelante en el mapeo de los más de 37 mil millones de células presentes en el cuerpo humano: en una serie de estudios realizados como parte del proyecto llamado Atlas de Células Humanas (HCA), los investigadores aplicaron Inteligencia Artificial (IA) y complejas técnicas genéticas para identificar gran parte […]
    Redacción T21
  • Un aprendizaje social integró a los niños a las sociedades durante nuestra historia 21 noviembre, 2024
    Los científicos pudieron revelar cómo aprenden los niños en las comunidades africanas de cazadores y recolectores, en una forma de transmisión cultural que se mantiene desde los inicios de la historia humana: el aprendizaje se caracteriza por ser más veloz y temprano que en las sociedades modernas, y es además fuertemente social, apoyándose en los conocimientos […]
    Pablo Javier Piacente
  • Otros universos podrían ser más amigables para la vida que el nuestro 21 noviembre, 2024
    En el marco de la teoría del Multiverso, un nuevo estudio sugiere que la acción de la energía oscura podría provocar que otros universos tengan mejores condiciones para el desarrollo de la vida compleja que el nuestro: los científicos sostienen que la fuerza de la energía oscura afecta directamente con qué facilidad se forman las […]
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren cómo se enciende nuestro cerebro al nacer 21 noviembre, 2024
    Una visión desconocida del cerebro humano cuando sale del útero y entra en el mundo exterior ha revelado un explosivo crecimiento acelerado de la actividad neuronal: durante los primeros meses de la vida de un recién nacido, los escáneres cerebrales muestran una afluencia repentina de información sensorial, que desencadena la formación de miles de millones […]
    Redacción T21
  • Revelan por accidente un mundo perdido de 280 millones de años de antigüedad en los Alpes italianos 20 noviembre, 2024
    Una mujer que caminaba por los Alpes italianos descubrió accidentalmente un fragmento de un ecosistema de 280 millones de años de antigüedad: se trata de un mundo perdido y desconocido absolutamente completo, que incluye huellas de animales prehistóricos, fósiles de plantas e incluso rastros de gotas de lluvia, según confirmaron los investigadores.
    Pablo Javier Piacente
  • Una IA puede detectar enfermedades más rápido y mejor que los humanos 20 noviembre, 2024
    Un nuevo modelo de aprendizaje profundo, un enfoque especializado de Inteligencia Artificial (IA), permite detectar enfermedades mediante el reconocimiento y análisis de imágenes médicas en un par de semanas, un proceso que podría tomar un año o más si es realizado por especialistas humanos. Además de la rapidez, las pruebas realizadas muestran que la IA […]
    Pablo Javier Piacente