El ruido del tráfico por carretera está vinculado a un mayor riesgo de desarrollar obesidad, según un estudio publicado en línea en Occupational & Environmental Medicine, del grupo BMJ. Sin embargo, no está clara la relación causa-efecto.
La exposición a una combinación de tráfico por carretera, ferroviario, y el ruido de los aviones puede suponer un mayor riesgo de desarrollar michelines, según la investigación, realizada en Suecia y resumida en una nota de prensa de BMJ.
Los investigadores evaluaron la cantidad de ruido de tráfico de esos tres tipos que sufrieron 5.075 personas de cinco áreas suburbanas y rurales en los alrededores de Estocolmo, a la que habían estado expuestos desde 1999.
Usaron cifras oficiales de ruido y flujo de tráfico. Éstas incluían información sobre superficies, altura de los edificios, límites de velocidad y barreras de ruido de los cinco municipios. Y utilizaron datos nacionales sobre ruido de los aviones del principal aeropuerto de Estocolmo, Arlanda.
Todos los participantes habían sido parte del Programa de Prevención de la Diabetes de Estocolmo (1992-8), cuyo objetivo era examinar los factores de riesgo para el desarrollo de la diabetes y la mejor manera de prevenirla.
Entre 2002 y 2006, cuando tenían entre 43 y 66 años de edad, completaron un cuestionario detallado que cubría el estilo de vida, estado de salud en ese momento, los niveles de estrés psicológico, el insomnio y la tensión laboral. También se les preguntó acerca de la contaminación acústica ambiental del tráfico por carretera, trenes y aviones.
Y fueron sometidos a un examen médico, que incluía la presión arterial y una prueba de diabetes, así como medidas de la grasa central del cuerpo (cintura y caderas, y la ratio cintura/cadera), y la obesidad global (peso y altura para definir el índice de masa corporal o IMC).
Resultados
Los investigadores calcularon que más de la mitad (62%, 3.127) habían estado expuestos regularmente a ruido del tráfico rodado de al menos 45 decibelios (dB), mientras que uno de cada 20 habían estado expuestos a niveles similares de ruido de trenes. Otros 1.108 habían estado expuestos a ruido de aviones de más de 45 dB.
En total, algo más de la mitad (54%, 2.726) había estado expuesto a una fuente de ruido de tráfico; 15% (740) a dos fuentes; y 2% (90) a las tres. Alrededor de un tercio (30%, 1.519) habían estado expuestos a niveles por debajo de 45 dB, lo que no se considera que sea nocivo.
El análisis no indicó ninguna relación entre el ruido del tráfico rodado y el IMC. Pero había una asociación entre el ruido del tráfico por carretera y el tamaño de la cintura, con un incremento de 0,21 cm por cada aumento adicional de 5 dB en la exposición, aunque esto sólo era significativo entre las mujeres.
Del mismo modo, existe un vínculo con la ratio cintura/cadera, con un cambio de 0,16 por cada aumento de 5 dB en la exposición al ruido de tráfico por carretera; esta asociación era más fuerte en los hombres.
Una cintura más grande se asoció significativamente con la exposición a cualquiera de las tres fuentes de ruido, pero la relación fue más fuerte para el ruido de las aeronaves; una ratio cintura/cadera mayor estaba vinculada solamente con el tráfico por carretera y el ruido de aeronaves.
Parecía haber un efecto acumulativo, sin embargo: A más fuentes de contaminación acústica estuvo expuesta una persona al mismo tiempo, mayor parecía ser su riesgo de obesidad central (los michelines).
El mayor riesgo de tener una cintura más grande se elevó del 25% entre las personas expuestas a una sola fuente a casi el doble en las personas expuestas a las tres fuentes.
La edad
Los resultados no estaban influenciados por factores socioeconómicos, el estilo de vida, o la exposición a la contaminación atmosférica de las vías locales. Pero la edad sí era un factor influyente, pues la asociación entre la obesidad central y el ruido del tráfico por carretera sólo se observó en los menores de 60.
Se trata de un estudio observacional, así que no hay conclusiones definitivas sobre causa y efecto, y los investigadores tampoco fueron capaces de evaluar los niveles de aislamiento acústico ni la ubicación de los dormitorios de los participantes.
Pero la exposición al ruido puede ser un importante factor de estrés fisiológico y subir la producción de la hormona cortisol, que si está presente en altos niveles, se cree que interviene en la deposición de grasa alrededor de la parte media del cuerpo, sugieren los investigadores.
«Esto puede explicar por qué los efectos del ruido se observaron principalmente para los marcadores de la obesidad central, como la circunferencia de la cintura y la relación cintura-cadera, en lugar de para la obesidad generalizada, medida por el IMC», escriben.
El ruido del tráfico de cualquiera de las tres fuentes también puede afectar a las funciones metabólicas, así como cardiovasculares, a través, sugieren, de la alteración del sueño, del control del apetito, y del gasto energético.
Referencia bibliográfica:
A. Pyko, C. Eriksson, B. Oftedal, A. Hilding, C.-G. Ostenson, N. H. Krog, B. Julin, G. M. Aasvang, G. Pershagen: Exposure to traffic noise and markers of obesity. Occupational and Environmental Medicine (2015). DOI: 10.1136/oemed-2014-102516
Totalmente de acuerdo, en mi caso estoy expuesto desde hace 17 años al ruido de los trenes (solamente) ya que vivo pegado a una estación de tren. Y es horrible el ruido todo el día, desde aproximadamente las 5:45 horas hasta las 12 de la noche, sin parar de pasar los trenes. Incluso los trenes parados en la estación hacen bastante ruido, más los pitidos que emiten de vez en cuando, más los trabajos de mantenimiento en las vías al lado de mi casa cada dos por tres. Yo vivo en un 9º piso (el más alto del bloque) y tengo que decir que casi siempre cuando pasan los trenes se nota también en la vibración en el suelo. Por tanto ¿cómo lo notarán los que vivan en los pisos más bajos?. Mi estrés es muy grande, y por la noche en verano no se puede dormir. Durante el día cuando pasan los trenes no se oye la televisión, y así etc etc. Me temo que no puedo mudarme a otro sitio porque no tengo dinero para un piso en otra zona. Cuando vine aquí ya estaban las vías y la estación, es cierto, pero en la inmobiliaria me engatusaron diciendo que había un proyecto en el Ayuntamiento que querían soterrar las vías y construir ahí enfrente un parque y no se hizo nada, claro. Y yo compré el piso en esta zona porque era barato y yo soy más bien pobre, por tanto me temo que no podré venderlo e irme a otro sitio mejor.