Científicos especializados en buscar la manera de tratar infecciones bacterianas difíciles de vencer han descubierto un nuevo antibiótico… oculto justo bajo nuestras propias narices.
Los investigadores, de la Universidad de Tubinga, en Alemania, optaron en su búsqueda por anailizar los gérmenes que ya habitan en el cuerpo humano.
Así es como encontraron una bacteria llamada Staphylococcus aureus en las narices de alrededor del 30% de la gente, lo que plantea la pregunta de por qué el otro 70% de las personas analizadas no la tenían.
Esta bacteria puede producir una amplia gama de enfermedades, que van desde infecciones cutáneas y de las mucosas, hasta enfermedades de riesgo vital, como la meningitis. Además, una cepa de la Staphylococcus aureus, la “Staphylococcus aureus resistente a la meticilina” o SARM se ha vuelto resistente a varios antibióticos en las últimas décadas: primero a la penicilina en 1947, y luego a la meticilina.
Así que la SARM es una de las superbacterias que representan un creciente problema de salud en todo el mundo porque es difícil de tratar, y provoca infecciones potencialmente letales.
¿Cuál es el antibiótico?
Pues bien, y aquí viene lo más interesante, además del hallazgo de la bacteria Staphylococcus aureus en las narices de alrededor del 30% de las personas analizadas, los investigadores alemanes también han encontrado en las narices de algunos individuos del estudio una bacteria llamada Staphylococcus lugdunensis que parece estar manteniendo a raya al estafilococo rival, mediante la producción de su propio antibiótico.
Los científicos alemanes ya han aislado el nuevo antibiótico y lo han bautizado como lugdunin. Además, ya lo han probado en ratones cuya piel había sido infectada con Staphylococcus aureus.
El resultado fue que el lugdunin se mostró efectivo para eliminar dichas bacterias en la mayoría de los casos. Además, también se comprobó que el con Staphylococcus aureus no parece ser capaz de adaptarse al lugdunin, es decir, que no es capaz de desarrollar resistencia a este antibiótico.
Las pruebas para ver si el lugdunin podría funcionar en humanos aún no se han llevado a cabo, pero lo que más emociona a los científicos es que el hallazgo lleve al descubrimiento de un medicamento que funcione contra el SARM. De momento, contra esta bacteria se ha probado casi de todo: desde un hidrogel lleno de nanoesponjas que absorbe las toxinas de dicha bacteria hasta un sistema lumínico aniquila-bacterias.
Referencia bibliográfica:
Alexander Zipperer et al. Human commensals producing a novel antibiotic impair pathogen colonization. Nature (2016). DOI: 10.1038/nature18634.
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