La acidificación de los océanos es el nombre que se da al proceso por el cual el pH de las aguas marinas desciende, como consecuencia de la absorción de dióxido de carbono desde la atmósfera.
En la actualidad, esta acidificación la está produciendo el ser humano, al emitir sin control CO2 a la atmósfera. El efecto puede llegar a ser catastrófico, tal y como alertó en 2013 un estudio sobre calidad de aguas realizado por el Programa Internacional Geosfera- Biosfera o IGBP (programa de investigación sobre cambio climático a escala global).
Según dicho informe, dado que las actividades humanas derivan a diario 24 millones de toneladas de CO2 a los océanos, se está provocando un cambio en el pH de estos que podría hacer desaparecer el 30% de las especies marinas, incluidos los corales, en los próximos 75 años.
Si miramos a la historia de la Tierra, sin embargo, cabe pensar que los efectos ecológicos de la acidificación oceánica podrían ser aún mucho peores de lo que vaticinó el IGBP.
Antecedentes naturales
Por ejemplo, si atendemos al hecho de que, según ha señalado un estudio reciente, letales erupciones volcánicas en Australia ocurridas hace 510 millones de años -que supusieron una inmensa emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera y la consecuente acidificación oceánica- provocaron la primera extinción masiva de la Tierra.
Hace unos 252 millones de años, por otra parte, se produjo la llamada extinción masiva del Pérmico-Triásico –“La Gran Mortandad”–, que supuso la desaparición del 96% de las especies marinas y del 70% de las terrestres. Esta gran extinción transcurrió en 60.000 años, que suelen dividirse en dos fases: una primera al final del Pérmico, a la que siguió una leve recuperación antes de una nueva oleada de extinción a principios del Triásico.
Esta extinción también se ha achacado a la acidificación de los océanos. En primer lugar, lo hicieron científicos del MIT, con una teoría que señala que fue producida por unos microorganismos que, con sus emisiones de gas metano, provocaron un cambio climático y la acidificación de los océanos, con consecuencias catastróficas.
Un nuevo estudio liderado por investigadores británicos, por otra parte, relaciona la extinción masiva del Pérmico-Triásico con fenómenos volcánicos y una consecuente acidificación de los mares.
Acaba de demostrar que erupciones acaecidas hace ese tiempo, unos 252 millones de años, provocaron una emisión de grandes cantidades de CO2 en dos fases: la primera más suave y la segunda mucho más súbita, intensa y prolongada, que ocasionó la acidificación de los océanos durante unos 10.000 años, a finales del período Pérmico e inicios del Triásico, informa la Universidad de Edimburgo en un comunicado.
Controlar el proceso desde el espacio
El tema es aún más preocupante si se tiene en cuenta que, de nuevo según el informe del IGBP, de no cambiar las tendencias de la contaminación antropogénica, el efecto de la acidificación de los océanos terrestres habrá aumentado un 170% a finales de este mismo siglo.
También si se atiende a los resultados de otros estudios, que han señalado que la acidificación de los mares se está produciendo en la actualidad de una manera más rápida que en cualquier otro momento de la historia terrestre.
Comprender el proceso y las áreas oceánicas del planeta más afectadas por esta condición es, por todo ello, crucial. Por esa razón, un equipo internacional de investigadores está desarrollando herramientas para hacerlo desde el espacio.
El enfoque, basado en técnicas pioneras y satélites que orbitan a 700 kilómetros de la Tierra, permitirá cubrir más extensiones marinas que nunca. Aunque evidentemente esto no servirá de mucho, si las tendencias contaminantes no se corrigen.
Referencia bibliográfica:
M. O. Clarkson, S. A. Kasemann, R. A. Wood, T. M. Lenton, S. J. Daines, S. Richoz, F. Ohnemueller, A. Meixner, S. W. Poulton, E. T. Tipper. Ocean acidification and the Permo-Triassic mass extinction. Science (2015). DOI: 10.1126/science.aaa0193.
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