Casi la mitad de los adolescentes investigados en Ontario (Canadá) por abandono de sus padres muestran signos de agresividad, un comportamiento asociado a la incapacidad de los progenitores de cuidar de sus hijos adolescentes, o también a la voluntad de descuidarlos.
Esta constatación se descubrió gracias a uno de los primeros grandes estudios de datos canadienses sobre el maltrato y el comportamiento agresivo de los niños y jóvenes. Los resultados tienen un impacto sobre toda Norteamérica, según informa la Universidad McGill en un comunicado.
Los investigadores han constatado también que, además de sufrir diversos tipos de malos tratos, los niños y adolescentes agresivos tienen también una serie de problemas no comportamentales que van desde dificultades con los estudios, hasta la ansiedad y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), llegando estas manifestaciones a situarse entre el 86% y el 96% de los casos, según el grupo de edad.
El estudio, publicado en el Journal of Child Abuse and Neglect, se basa en más de 2.000 encuestas sobre casos de maltrato que fueron desarrolladas en un período de tres meses durante el año 2013.
Los investigadores estiman que 43.000 niños fueron objeto de malos tratos y de negligencia familiar, en el grupo comprendido entre los 0 y los 15 años, durante todo el año 2013, según los datos registrados en los diferentes organismos de Ontario.
Aunque no todos los niños víctimas de malos tratos se vuelven agresivos, los investigadores han tratado de descubrir cuáles son los factores familiares que provocan este comportamiento.
Para ello analizaron las diferentes formas de malos tratos, su frecuencia y gravedad, y los problemas asociados a estos episodios que aparecen en los niños y jóvenes, entre ellos los trastornos emocionales y de comportamiento.
Los resultados son bastante elocuentes: el 13% de los jóvenes y niños maltratados que reciben asistencia social pública presentan agresividad. Es un porcentaje significativamente más alto que el que se observa en la población infantil de Canadá, que se sitúa entre el 1% y el 4%.
Escenario complejo
Sin embargo, al examinar en detalle el tipo de maltrato infantil y la edad de los niños afectados, los investigadores se encontraron un escenario complejo y sorprendente. El estudio descubrió que el tipo de violencia sufrida por los niños no era la única causa, sino que la frecuencia, la persistencia y los malos tratos tienen una relación más estrecha con el comportamiento agresivo.
Señalan los investigadores que, aunque se piensa a menudo que los niños agresivos tienen todos las mismas carencias, esta investigación demuestra claramente que una serie de problemas les acucian también, problemas que están relacionados frecuentemente con enfermedades mentales o dificultades escolares.
Los investigadores recogieron información sobre los diferentes tipos de violencia recogida en los informes de los 17 organismos de protección de la infancia de Ontario. Descubrieron que se trata por un lado de violencia física, de violencia sexual, de negligencia, de violencia psicológica y de exposición a la violencia conyugal.
A continuación examinaron la gravedad, la amplitud y la frecuencia de la violencia, y relacionaron esta información con otros factores, como el maltrato, que podrían contribuir a los problemas de los niños, entre otros la pobreza de la familia, las enfermedades mentales en los progenitores y la deficiencia intelectual o de desarrollo de los niños.
Según los investigadores, las dificultades que viven estas familias tienen muchas facetas, y esta investigación pone en evidencia la necesidad de establecer una colaboración más estrecha entre los diversos sistemas de asistencia a los niños y sus familias, más que establecer una intervención única de protección de la infancia. Una reflexión que puede tener relevancia para otros países.
Referencia
Which maltreated children are at greatest risk of aggressive and criminal behavior? An examination of maltreatment dimensions and cumulative risk. Child Abuse & Neglect, Volume 69, July 2017, Pages 49-61. https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2017.04.013
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