Una nueva investigación desarrollada en el Reino Unido ha descubierto que no sólo el amor hacia los seres queridos, sino que también la amistad, es el mejor medicamento para prevenir enfermedades del corazón.
La investigación ha podido establecer que mantener una relación con otra persona, ya se trate de una buena amistad o de una historia de amor, reduce a la mitad los riesgos de ataques al corazón. La clave reside en el hecho de tener a una persona cercana a la que confiarle la intimidad.
Los investigadores estudiaron a 600 personas los días inmediatamente posteriores a una crisis cardiaca y luego durante un año. Constataron, al igual que otros científicos habían determinado con anterioridad, que una cuarta parte de los pacientes estaban deprimidos antes del primer ataque al corazón.
Sin embargo, estas personas no ofrecían un riesgo mayor que los demás investigados de sufrir una crisis cardiaca. Hacía falta identificar un elemento nuevo que propiciara la crisis y ese nuevo factor que puede contribuir a un ataque al corazón o a prevenirlo es sencillamente el hecho de tener o no un amigo o amiga.
Antídoto contra el estrés
La investigación acaba de publicarse en la revista Heart y desvela que, además de otras causas ya relacionadas con las crisis cardiacas, como el tabaco, el alcohol, el colesterol, la falta de ejercicio o la alimentación, el hecho de tener cerca un confidente ayuda a reaccionar ante el estrés de una forma mucho más eficiente.
El hecho comprobado ahora por esta investigación es que tener un amigo o amiga con el que compartir sentimientos íntimos no sólo aleja la posibilidad de ataques cardíacos, sino que constituye sobre todo una eficaz ayuda para evitar nuevas crisis después de haber sufrido un primer infarto.
La investigación estableció que los supervivientes de una crisis cardiaca que no tienen pareja, familiares o amigos próximos, tienen el doble de posibilidades de sufrir nuevos ataques al corazón en el año siguiente a la primera crisis.
Ello se debe a que las personas que comparten su intimidad con alguien reaccionan a las circunstancias de tensión con una menor producción de hormonas, lo que resulta particularmente importante después de un ataque al corazón, cuando este órgano es especialmente sensible al aumento de las hormonas de la tensión.
Entornos y salud
Por eso la medicina debe examinar con mayor profundidad e interés las circunstancias emocionales y sociales de las personas, porque estos entornos aparecen cada vez más claramente asociados a problemas de salud, en este caso los relacionados con la actividad cardiaca.
El trabajo es el último de una serie de investigaciones que establecen un vínculo directo entre el bienestar material, emocional y mental de las personas, con el adecuado funcionamiento del sistema cardiovascular.
Lo más relevante de esta última investigación es que antepone la amistad a la depresión como factor desencadenante de una crisis cardiaca, ya que de los casos estudiados se desprende que la falta de apoyo psicológico y la ausencia de comunicación íntima, duplica las probabilidades de sufrir un segundo ataque cardíaco.
El factor sentimental como elemento de equilibrio cardiovascular no tiene que ver con si la relación es con un amigo o amiga, es o no de naturaleza sentimental, o con el grado de parentesco con el paciente, ya que lo importante es el sentimiento en sí mismo como factor de salud.
La investigación determinó asimismo que las personas con problemas de amistad hablaron de desencuentros en las relaciones con sus padres durante la infancia, lo que sugiere que los problemas cardiovasculares mantienen algún tipo de relación incluso con la historia sentimental de las personas.
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