Hoy es el Día Internacional del Cáncer de Mama, cuyo objetivo es sensibilizar a la población general acerca de la importancia que esta enfermedad tiene en el mundo industrializado.
Según datos recogidos por Wikipedia, este cáncer es la neoplasia maligna más frecuente en la mujer occidental y la principal causa de muerte por cáncer en la mujer en Europa, Estados Unidos, Australia y algunos países de América Latina.
Asimismo, el cáncer mamario representa el 31% de todos los cánceres de la mujer en el mundo. Por todo, la ciencia no deja de investigarlo. Algunos de sus logros más destacables en el último año han sido los siguientes:
Hacia tratamientos más individualizados
Los científicos apuestan cada vez más por el uso de terapias individualizadas para cada paciente con cáncer de mama, basadas en determinados marcadores tumorales, es decir, en aquellas sustancias que se encuentran en el cuerpo y que sólo pueden detectarse en las personas que padecen esta enfermedad.
En este terreno se enmarca el trabajo de investigadores del Instituto de Biomedicina de Sevilla, que desarrollan un proyecto de estudio de nuevas fórmulas que predigan si un tratamiento con taxanos (fármacos antitumorales capaces de parar el ciclo celular cuando la célula se está dividiendo) puede ser o no efectivo en las pacientes.
Por otra parte, a principios de 2012, se puso en marcha el proyecto europeo RESPONSIFY, destinado a estudiar ciertos biomarcadores basados en el genoma, cuyo conocimiento permitirá mejorar (afinándolos y personalizándolos) los tratamientos contra el cáncer de mama.
Mejora en el diagnóstico precoz y mayor conocimiento de los factores de riesgo
Un estudio realizado en la Universidad Politécnica de Madrid ha conseguido una importante mejora en la clasificación de datos de cáncer de mama, gracias a un método de aprendizaje para redes neuronales artificiales.
El sistema permite clasificar los patrones de cáncer de mama de la base de datos Wisconsin (WBCD), referencia internacional en mamografías, con una exactitud del 99.63%.
Por otro lado, recientemente, una investigación realizada con gemelas –esto es, con individuos genéticamente idénticos- ha permitido identificar una alteración epigenética (de las señales que activan o desactivan los genes) que aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama. Gracias a este hallazgo, será posible anticipar la propensión a esta enfermedad, años antes de que esta sea clínicamente diagnosticada.
En cuanto a los factores de riesgo, ya se sabía que los principales incluyen una edad avanzada, la primera menstruación a temprana edad, edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber dado a luz, antecedentes familiares de cáncer de mama, el hecho de consumir hormonastales, como estrógeno y progesterona, consumir licor y ser de raza blanca. Por otra parte, en entre el 5 y 10 % de los casos, el cáncer de mama es causado por mutaciones genéticas heredadas.
Ahora, una investigación realizada por especialistas del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en la que se analizó la influencia de ciertas características del nacimiento y la infancia de las mujeres con su densidad mamográfica, un importante marcador de riesgo para los tumores mamarios ha revelado que las mujeres nacidas de madres con más de 39 años y aquellas que eran más altas y delgadas que la mayoría, antes de la pubertad presentan mayor densidad mamaria y, con ello, mayor probabilidad de sufrir este cáncer.
Predecir la metástasis y entender cómo evitarla
Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) han demostrado que las células de cáncer de mama que hacen metástasis en el pulmón expresan un mayor nivel de la proteína peroxirredoxina 2 (PRDX2). Este hallazgo sugiere que la modulación de dicha proteína podría ser una nueva estrategia terapéutica para prevenir la metástasis pulmonar.
Por otro lado, científicos españoles han participado en la creación de una herramienta de diagnóstico que identifica la capacidad metastásica de las células de cáncer de mama. Sus resultados han confirmado que el contenido de lípidos de dichas células podría ser una medida útil para determinar diversas funciones acopladas a la progresión de estos tumores.
También se ha conseguido desarrollar una aplicación informática que predice la evolución de este tipo de cáncer llamada Minerprot. Con ella pueden identificarse las proteínas de la metástasis, lo que abre la posibilidad al desarrollo de fármacos más selectivos y potentes.
Por último, en esta misma dirección un grupo del Centro de Investigación del Cáncer (mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca) ha descubierto una nueva vía de señalización que condiciona el crecimiento de tumores de mama y su diseminación metastática hacia el pulmón. Los investigadores han identificado seis proteínas que actúan coordinadamente para favorecer el crecimiento del tumor primario, lo que las convierte en potenciales dianas terapéuticas.
Simplificar los diagnósticos
Las mamografías, las biopsias y otros métodos de diagnóstico del cáncer de mama resultan molestos e incluso dolorosos para muchas mujeres.
Para evitarlos, un grupo de científicos británicos investigará si ciertos marcadores de ADN de la sangre sirven para detectar este cáncer de manera precoz.
De ser así, bastará con hacer un simple análisis sanguíneo para diagnosticarlo.
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