Es difícil mirar fotos de automóviles en un ordenador y luego evitar decir «coche» en su mente la próxima vez que aparece uno en la pantalla, incluso cuando alguien te dice que evites decirlo.
Ahora, un nuevo estudio dirigido por el investigador de la Universidad Estatal de San Francisco (SFU, California, EE.UU.) Ezequiel Morsella ha concluido que este mismo efecto automático puede ocurrir con manipulaciones mentales mucho más complicadas: por ejemplo, la transformación de «car» (coche en inglés) en el latín de cerdo «ar-cay» en la mente después de recibir la indicación de evitar esa transformación.
Este efecto sorprendente ofrece más evidencia de que el contenido de nuestra conciencia -el estado de estar despiertos y conscientes de nuestro entorno- se genera a menudo involuntariamente, dice Morsella, profesor asistente de psicología, en la nota de prensa de la universidad. De hecho, el estudio publicado en la revista Acta Psychologica proporciona la primera demostración de que incluso una pequeña cantidad de entrenamiento puede causar un alto nivel de manipulación de símbolos no intencionado.
«Las manipulaciones de símbolos tales como girar mentalmente un objeto en el espacio, reordenar palabras o notas musicales, o realizar operaciones matemáticas han sido consideradas como más polifacéticas, y compuestas de más partes móviles, en cierto sentido, que el muy diferente proceso de la recuperación automática de la memoria», explica Morsella. «Nuestro estudio revela que los procesos inconscientes e involuntarios pueden ser más sofisticados de que lo que se pensaba hasta ahora.»
El pig latin (latín de los cerdos) es un juego con el idioma inglés, que consiste en quitar la primera letra de una palabra y añadirla delante de «ay» al final. Buenos días (good morning) en pig latin se dice oodgay orningmay. Lo usan los niños para divertirse o para conversar secretamente sobre adultos u otros niños. Recíprocamente, los adultos a veces lo usan para hablar de temas sensibles que quieren que los niños no entiendan. Los turistas anglohablantes a veces lo usan para disimular sus conversaciones cuando viajan por países donde el inglés es el segundo idioma.
En el estudio, se enseñó o recordó a 32 estudiantes cómo reorganizar palabras en latín de cerdo. A continuación, se les dijo que no realizaran esta transformación en la mente cuando se les mostrara otro conjunto de palabras, pero que pulsaran la barra espaciadora durante el examen computarizado si lo hacían de forma no intencionada.
Los estudiantes crearon involuntariamente palabras en latín de cerdo para el 43 por ciento de las palabra que recibieron, «y estas personas estaban intentando activamente no hacerlo, por lo que este proceso de alto nivel va en contra de las intenciones de los sujetos del estudio», dice Morsella.
Él y su equipo de investigadores también realizaron la prueba consigo mismos y se sorprendieron al descubrir la frecuencia con que involuntariamente hacían caso omiso de la instrucción para no transformar las palabras.
Teoría de marco pasivo
Morsella dice que el estudio proporciona más apoyo a la teoría del marco pasivo que él propuso junto con sus colegas el año pasado, una idea potencialmente revolucionaria que sugiere que la conciencia es más un canal de información en el cerebro en lugar de un creador activo de la información.
La teoría ha generado una gran cantidad de atención en los círculos académicos y en los medios populares, y Morsella dice que su equipo ha escrito un documento de seguimiento al estudio que será publicado en un próximo número de la revista Behavioral and Brain Sciences. Los resultados del latín de cerdo, sugiere, son una prueba de que «la conciencia es pasiva, y que su contenido se genera a menudo inconscientemente. Pero [la conciencia] es necesaria», subraya.
Comparó la conciencia con un intérprete o un formato como Internet. «Si usted está discutiendo con alguien a través de Internet, necesita el Internet», pero éste no está haciendo ni resolviendo la discusión. «Por sí misma, la conciencia, como una ventana, no hacer realmente mucho», agrega, «pero lo que proporciona a otros sistemas más activos (e inconscientes) es esencial.»
Los resultados también podrían ser útiles para los médicos que buscan maneras de tratar a pacientes acosados por pensamientos obsesivos, añade Morsell. «Un médico puede trabajar con un paciente para ayudar a lidiar con un impulso una vez que se da cuenta de él, pero, en algunos casos, el uso de una técnica de este tipo podría llegar demasiado tarde. Lo que mi laboratorio está mostrando es que, en algunos casos, es mejor, a través de alguna forma de re-entrenamiento, no dejar que el impulso entre en la conciencia, en primer lugar, porque una vez que el impulso entra en la conciencia, se encuentra en una etapa tardía de procesamiento, y es ya muy fuerte».
Referencia bibliográfica:
Hyein Cho, Pareezad Zarolia, Adam Gazzaley, Ezequiel Morsella: Involuntary symbol manipulation (Pig Latin) from external control: Implications for thought suppression. Acta Psychologica (2016). DOI: 10.1016/j.actpsy.2016.03.004.
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