La contaminación está relacionada con 9 millones de muertes prematuras cada año en todo el mundo, lo que equivale a una de cada seis (16%) de todas las muertes, según un nuevo informe de la Comisión Lancet sobre la Contaminación y la Salud.
Esa cifra supera el total de muertes provocadas conjuntamente por la malaria, el SIDA o la tuberculosis en todo el mundo, que son un total de 3 millones al año, según el Global Burden of Disease Study 2016.
En España la contaminación provoca 23.987 muertes, lo que representa una de cada diecisiete muertes, añade el informe de Lancet, que recoge los datos correspondientes a 2015.
La mayoría de estas muertes se deben a enfermedades no transmisibles causadas por la contaminación, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El informe concluye que la contaminación del aire exterior e interior, la contaminación del agua y del suelo y los contaminantes químicos, son los principales factores de riesgo de muerte prematura.
En algunos países que conocen en la actualidad una rápida industrialización, como India, China, Pakistán o Bangladés, la proporción de muertes atribuidas a la contaminación es una de cada cuatro.
Dado que casi todas estas muertes (92%) ocurren en países de ingresos bajos y medianos, y que la contaminación afecta desproporcionadamente a los pobres y marginados en todos los países del mundo, los autores del informe pretenden poner fin al descuido del tema en todo el espectro político y movilizar la voluntad, los recursos y el liderazgo necesarios para enfrentarlos.
Peor la del aire
La contaminación del aire es la más mortífera, destaca el informe, ya que acaba con la vida de 6 millones de personas cada año. La contaminación del agua es la segunda causa de muerte (1,8 millones) y la tercera la contaminación del entorno laboral.
La contaminación en el lugar de trabajo, incluida la exposición a toxinas y carcinógenos, estuvo relacionada con 800.000 muertes por enfermedades como la neumoconiosis en trabajadores del carbón, cáncer de vejiga en trabajadores del tinte y asbestosis, cáncer de pulmón, mesotelioma y otros cánceres en trabajadores expuestos al asbesto (amianto).
Finalmente, la contaminación con plomo se relacionó con 500.000 muertes provocadas por presión arterial alta, insuficiencia renal y enfermedad cardiovascular causada por el plomo en adultos. Los efectos de salud adicionales causados por otras formas de contaminación del suelo (como otros metales pesados o productos químicos) no se investigan adecuadamente, por lo que no se incluyen en el estudio.
Dentro de los grupos de población afectados, los niños son los más propensos a sufrir enfermedades vinculadas a la contaminación, ya que la exposición incluso a dosis pequeñas de contaminantes durante los períodos fundamentales (cuando están todavía en el útero en la primera infancia) pueden enfermarlos, discapacitarlos e incluso provocarles la muerte.
Con muchos más contaminantes químicos aún por identificar y estudiar, los autores señalan que es probable que sus cifras subestimen los efectos de la contaminación sobre la salud.
Las pérdidas económicas atribuibles a la contaminación se estiman en 4.600 billones de dólares americanos por año, el equivalente al 6,2% de la producción económica mundial, señala el informe.
También el planeta
Pero la contaminación no afecta sólo a las personas, advierte el informe. También impacta a los ecosistemas del planeta porque está estrechamente vinculada al cambio climático.
Un dato: la quema de combustibles fósiles es responsable del 80% de la contaminación producida en forma de polvo en suspensión en el aire y de casi toda la contaminación provocada por los óxidos de azufre y de nitrógeno.
Los óxidos de azufre más importantes por lo que respecta a la contaminación atmosférica son el dióxido de azufre, SO2 y el trióxido de azufre, SO3. Los óxidos de nitrógeno son uno de los grupos más contaminantes. Los más importantes son el dióxido de nitrógeno, NO2 y el óxido nítrico, NO.
Por su parte el carbón es el combustible fósil más sucio del mundo y su combustión es una de las causas principales, tanto de la contaminación como del cambio climático.
«La contaminación es mucho más que un desafío ambiental: es una amenaza profunda y omnipresente que afecta muchos aspectos de la salud y el bienestar humanos. Merece la plena atención de los líderes internacionales, la sociedad civil, los profesionales de la salud y las personas de todo el mundo «, señala el co-líder de la Comisión, Profesor Philip Landrigan, de la Facultad de Medicina de Icahn en Mount Sinai, EE. UU., en un comunicado.
«A pesar de sus efectos de gran alcance en la salud, la economía y el medio ambiente, la contaminación se ha descuidado en la asistencia internacional y en las agendas de salud mundiales, y algunas estrategias de control han carecido de fondos suficientes. Nuestro objetivo es aumentar la conciencia mundial sobre la importancia de la contaminación y movilizar la voluntad política necesaria para abordarla, proporcionando las estimaciones más exhaustivas de la contaminación y la salud disponibles”.
Referencia
The Lancet Commission on pollution and health. The Lancet.
DOI:http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(17)32345-0
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