Un estudio realizado con urbanitas y gentes del campo ha demostrado que las personas que viven en las zonas urbanas son casi dos veces más propensas a sufrir de calcificación de las arterias coronarias (CAC), una afección que puede llevar a padecer enfermedades cardíacas.
Los investigadores daneses publicaron los resultados de su estudio, realizado con 1.225 hombres y mujeres de entre 50 y 60 años que viven tanto dentro como fuera de la ciudad, en la revista Journal of Internal Medicine.
Los autores del estudio descubrieron que las personas que vivían en el centro de una ciudad eran un 80 % más propensas a desarrollar CAC que los que vivían en otras zonas, y que los varones, las personas de más edad, los diabéticos y los fumadores también presentaban mayores riesgos.
El autor principal del estudio, el Dr. Jess Lambrechtsen del Departamento de Cardiología del Hospital de Svendborg (Dinamarca), explicó: «Nuestro estudio pretendía evaluar la asociación entre vivir en el centro de una ciudad, un dato que utilizan a menudo los investigadores para indicar la exposición a la contaminación atmosférica, y la presencia de calcificación de la arteria coronaria en hombres y mujeres que no muestran otros síntomas de enfermedad cardíaca.»
Los sujetos del estudio se escogieron al azar a partir de una base de datos estatal danesa. Una vez obtenido su consentimiento para participar en el estudio, completaron cuestionarios sobre su estado de salud para determinar que no habían tenido anteriormente problemas de corazón. El equipo del proyecto también necesitaba información acerca de los medicamentos prescritos, si eran fumadores y si tenían antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. La exploración clínica incluyó altura, peso, presión arterial, análisis de sangre y escáneres.
Los investigadores descubrieron que la CAC era más común entre las personas que viven en los centros de las ciudades que entre las que viven en áreas urbanas o rurales: en los hombres los porcentajes eran de un 69 % frente a un 56 %, respectivamente; para las mujeres 42 % frente a 30 %, respectivamente; a los cincuenta años de un 48 % frente a un 32 % respectivamente, y a los sesenta años de un 61 % frente a un 53 % respectivamente.
Peor en el centro
Analizando las probabilidades se supo que las personas que vivían en el centro de las ciudades eran un 80 % más propensas a desarrollar CAC que aquéllas que vivían en zonas urbanas o rurales. Los hombres eran más de tres veces más propensos que las mujeres a desarrollar la CAC, con una probabilidad de riesgo un 220 % mayor.
Las personas de sesenta años tenían aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar CAC si vivían en el centro de una ciudad, y lo mismo ocurría con las de cincuenta años (120 % más de probabilidades); del mismo modo, se descubrió que los fumadores eran más susceptibles que los no fumadores (un 90 % más), y lo mismo cabe decir de las personas con diabetes en comparación con las que no la padecen (un 100 % más).
Tener el colesterol alto aumentaba la posibilidad de desarrollar CAC en un 60 %; la hipertensión y un historial familiar de enfermedades cardiacas incrementaba las probabilidades de sufrir de CAC en un 50 %.
El Dr. Lambrechtsen resumió así las conclusiones de la investigación: Nuestro estudio muestra que vivir en el centro de una ciudad y los factores de riesgo tradicionales de las enfermedades del corazón se asociaban de manera independiente con la presencia de CAC en un grupo de sujetos de mediana edad que no presentaban síntoma alguno. En los estudios científicos, el lugar donde vive una persona a menudo se utiliza como un sucedáneo de indicador de la exposición a la contaminación ambiental. En este estudio hemos descubierto que, incluso después de ajustar las variables demográficas y clínicas, el lugar en el que vivían los sujetos se asociaba independientemente con la CAC, y que los niveles de CAC eran más elevados entre las personas que vivían en los centros de ciudades. Además, otros factores pueden influir en la CAC, como los niveles de ruido y el estrés, y cabe suponer que estos serían también mayores en los centros de las urbes. Sin embargo, en este estudio, los niveles de estrés, medidos conforme a la presión arterial media, fueron en realidad más bajos entre los habitantes del centro de ciudades que entre las personas que vivían en zonas urbanas. El ritmo cardiaco, otro factor predictor del estrés, era el mismo en todos los grupos. Los mecanismos por los cuales la contaminación del aire puede contribuir a la CAC no se conocen bien. Pero lo que se desprende con claridad de este estudio es que hay que seguir investigando los vínculos entre la contaminación del aire y la CAC.
Referencia
Lambrechtsen, J., Gerke, O., Egstrup, K., Sand, N. P., Nørgaard, B. L., Petersen, H., Mickley, H. and Diederichsen, A. C. P. (2012), The relation between coronary artery calcification in asymptomatic subjects and both traditional risk factors and living in the city centre: a DanRisk substudy. Journal of Internal Medicine, 271: 444–450. doi: 10.1111/j.1365-2796.2011.02486.x
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