Un algoritmo de reconocimiento facial, que analizó más de 6.000 retratos de personajes europeos obtenidos entre 1360 y 2016, ha descubierto que la confianza y la empatía se han consolidado en seres humanos en los últimos 510 años. Los resultados se han publicado en Nature Communications.
El algoritmo, desarrollado por científicos franceses del Instituto Jean-Nicod, del Laboratorio de Neurociencias Cognitivas y Computacionales y del Centro de Investigaciones Políticas Sciences Po, refleja en los protagonistas de los retratos un aumento progresivo de la confianza social a lo largo del tiempo.
La confianza social se entiende como la confianza que podemos depositar en personas desconocidas: cuando se generaliza, lleva a pensar que la mayor parte de la población es digna de confianza. Refleja una sociedad cada vez más sana.
Los investigadores franceses sugieren que el aumento de la confianza social reflejada en los rostros es paralelo al aumento del nivel de vida en Europa durante el periodo en el que se desarrollaron las pinturas, así como al fortalecimiento de valores como la libertad religiosa o la evolución de la monarquía.
Dos evidencias
Los autores de esta investigación están convencidos de que la confianza social se puede rastrear a través del estudio de pinturas antiguas.
También que su trabajo revela que la confianza social ha aumentado en la sociedad europea desde la Edad Media hasta la actualidad.
Para seguir la evolución histórica de la confianza social, el equipo de investigadores diseñó un algoritmo de análisis facial capaz de analizar las expresiones humanas de confianza y simpatía reflejadas en los rostros.
Antes de analizar los cuadros, el algoritmo fue validado por humanos reales que calificaron las fotos de las caras de las personas por su confiabilidad: el algoritmo reaccionó como las personas, teniendo en cuenta factores como la edad, el género y las emociones expresadas en los rostros.
Dos colecciones de arte
Fue entonces cuando el algoritmo fue aplicado a dos colecciones de retratos artísticos: la primera contenía 1.962 pinturas de la National Portrait Gallery de Londres, producidas entre 1506 y 2016.
En esta primera aplicación, los investigadores descubrieron que las señales faciales relacionadas con la confianza social aumentaron en número con el tiempo.
La segunda colección estaba integrada por 4.106 retratos de la Web Gallery of Art, que cubren 19 países de Europa occidental, pintados entre 1360 y 1918. El algoritmo replicó los mismos resultados que en la aplicación anterior.
También por ciudades
La investigación no terminó ahí: para ver si este progreso de sociedades más violentas a más cooperativas perduraba en el tiempo, el algoritmo se aplicó a Selfiecity, una base de datos de 2.277 autorretratos fotográficos publicados en las redes sociales de seis ciudades de todo el mundo.
Los resultados obtenidos por el algoritmo en el análisis facial de estos autorretratos reflejaron también un mejor estado de ánimo de los autores de estas pinturas, más acentuado en los que viven en las ciudades en las que la confianza social está más arraigada.
No solo la economía
Los autores explican en su artículo que la confianza social está vinculada a una serie de resultados sociales positivos: un mejor desempeño económico, menores tasas de criminalidad e instituciones más abiertas e inclusivas.
Sin embargo, añaden, los orígenes de la confianza siguen siendo esquivos, en parte porque la confianza social es difícil de documentar porque adolece de un problema clave de medición.
Su trabajo despeja con datos objetivos esta dificultad: la confiabilidad en los retratos aumentó durante el período 1500-2000, coincidiendo en el tiempo con el declive de la violencia interpersonal y el aumento de los valores democráticos observados en Europa Occidental.
El equipo también descubrió que la mayor impresión de confianza y confiabilidad en los retratos estaba más directamente asociada con el aumento del PIB per cápita, que con cambios institucionales, como la aparición de instituciones más democráticas.
Este trabajo abunda en otro anterior, que analizó rostros de esculturas de más de 3.500 años de antigüedad: determinó que las expresiones faciales de nuestras emociones son las mismas en cualquier tiempo y cultura.
Referencia
Tracking historical changes in trustworthiness using machine learning analyses of facial cues in paintings. Lou Safra et al. Nature Communications volume 11, Article number: 4728 (2020). DOI : 10.1038/s41467-020-18566-7
Al parecer, nuestro rostro, si que es el reflejo de nuestra personalidad, y nuestras circunstancias.