En la sociedad, la gente permanece unida por un conjunto de conexiones, las llamadas «redes sociales». La cooperación en estas redes resulta fundamental, pues garantiza la prosperidad de las sociedades. Pero, ¿qué nos impulsa a cooperar con otros?
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha tratado de averiguarlo. Para ello, ha llevado a cabo un experimentos online en los que se exploró cómo dos aspectos de lo que conocemos de otros tienen un efecto de cooperación en nuestra toma de decisiones: lo que sabemos de su reputación y lo que sabemos de sus conexiones sociales.
El efecto de la transparencia
En la mayoría de los contextos sociales, el conocimiento acerca de la reputación de los demás – lo que sabemos acerca de sus acciones anteriores – se limita a aquellos que tienen relaciones inmediatas con amigos, vecinos o, en general, con nuestros conocidos.
Pero el nuevo estudio muestra que si la reputación de todos los miembros de una red es completamente transparente -de conocimiento común y visible para todos- el nivel de cooperación, en lugar de limitarse a las personas directamente interconectadas, prácticamente se duplica.
Por otro lado, la red también se vuelve más densa y más agrupada (por lo que sus conexiones tienden a estar a su vez conectadas entre sí).
Los investigadores también evaluaron cómo la transparencia de las relaciones sociales influye en la cooperación del grupo. En este sentido, se constató que el conocimiento común de las conexiones sociales tiene escaso impacto en los niveles generales de cooperación (a una conclusión similar llegó otro estudio de la Universidad Carlos III de Madrid en 2012).
Sin embargo, al combinar la transparencia de las relaciones sociales con la transparencia de la reputación, esto dio lugar a la comunidad más cooperativa (de todos los ejemplos probados). Los miembros de esta, además, retiraron sus relaciones con individuos menos cooperativos y se negaron a volver a conectarse a ellos.
Los investigadores encontraron, por otra parte, que la pertenencia a la comunidad de cooperantes resulta rentable. Así, cada interacción en un comunidad cooperativa es un 23% más beneficiosa que la interacción equivalente en una comunidad de individuos menos cooperativos.
El dilema del prisonero online
A todas estas conclusiones se llegó a través de un experimento online en el que los participantes 364 personas reclutadas en la plataforma de crowdsourcing Amazon Mechanical Turk) debían establecer relaciones con otros; el conocido como ‘dilema del prisionero’ (problema fundamental de la teoría de juegos que muestra que dos personas pueden no cooperar incluso si ello va en contra del interés de ambas).
En primer lugar, los sujetos pudieron formar libremente conexiones entre sí, para formar una red. Después de formada esta, cada uno de ellos debía decidir si cooperar para contribuir al bien común, que sólo beneficiaba a las personas cercanas, dentro de dicha red.
Aportar beneficios para todos resultaba costoso para el contribuyente. No colaborar y no contribuir, en cambio, no tenía coste alguno. Sin embargo, el mejor resultado posible para el grupo era que todos contribuyesen.
Los participantes jugaron varias rondas de este juego. Lo hicieron con cuatro variantes, que consistían en diversos conocimientos acerca de los sujetos de su red y de sus acciones previas dentro de la red.
Implicaciones
Los autores del estudio señalan que este arroja luz sobre el problema del «bien común»: Lo que motiva a las personas a tomar medidas costosas hacia un bien que beneficia a todos, incluso a aquellos que no contribuyen a dicho bien.
Consideran que los resultados obtenidos tal vez sean el ejemplo más definitorio de que el «bien público», en la era moderna, consiste en la preservación de nuestro propio entorno.
Asimismo, señalan que el aislamiento en una red social transparente podría ser un resultado deseable, siempre que haya una conducta que lo justifique. Pero si ese rechazo se produce por un comportamiento más neutral, «como un acento al hablar un idioma», el ostracismo no sería deseable para la sociedad.
Otra investigación previa, realizada en 2012 por un equipo de investigadores del Trinity College Dublin, constató la importancia de la cooperación no solo para las sociedades humanas sino también para los individuos que las conforman, al demostrar por vez primera que la evolución de la inteligencia y el aumento del tamaño del cerebro pueden ser potenciados por la cooperación y el trabajo en equipo. Este otro estudio fue realizado con modelos evolutivos de inteligencia artificial.
Referencia bibliográfica:
Edoardo Gallo, Chang Yan. The effects of reputational and social knowledge on cooperation. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1415883112.
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