Según un informe publicado por la organización británica InfluenceMap, las cinco mayores empresas de petróleo y gas que cotizan en bolsa (ExxonMobil, Royal Dutch Shell, Chevron, BP y Total) han invertido más de mil millones de dólares en su infraestructura de combustibles fósiles desde 2016, año en el que 195 países de todo el mundo firmaron el Acuerdo de París.
El empeño de estas empresas en seguir invirtiendo más fondos en energías contaminantes entra en conflicto con las medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que establece el acuerdo. Además, sus esfuerzos para desprestigiar a los lobbies por el clima están diseñados para mantener la licencia social y legal para expandir sus operaciones de extracción de combustibles fósiles.
Este informe muestra que existe una contradicción total entre los discursos y las acciones de las petroleras. Entre otras actividades desplegadas por este grupo de empresas, destacan campañas en Europa para impedir el uso de los vehículos eléctricos, el boicot a los impuestos por emisiones de carbono, e incluso invertir dos millones de dólares en dos semanas en anuncios en redes sociales, durante la campaña electoral del año pasado en Estados Unidos, para destacar los beneficios sociales de la producción de petróleo, tal como explican los autores del informe en esta entrevista.
La investigación de la compañía sin ánimo de lucro InfluenceMap, con sede en Londres (Reino Unido) se suma a los esfuerzos para contrarrestar el exitoso efecto de los lobbies petroleros contra las medidas políticas para enfrentar el calentamiento global.
Inversiones de las principales petroleras
InfluenceMap realizó una investigación intensiva sobre los mensajes corporativos de estas empresas para evaluar los principales gastos del sector destinados a influir en la agenda climática, tanto directamente como a través de sus grupos comerciales clave.
Según Catherine Howarth, directora ejecutiva de la organización ShareAction para la inversión responsable, esta investigación confirma la sospecha generalizada de que los informes de sostenibilidad de las principales empresas petroleras y las declaraciones a favor de la protección del clima no se traducen en acciones reales.
“Estas compañías han dominado el arte del doble discurso corporativo: se jactan de sus credenciales climáticas y utilizan su poder de sus grupos de presión para sabotear la implementación de una política climática sensata”, apunta Howarth en un comunicado.
Según el informe, las cinco empresas petroleras gastarán en conjunto 115 mil millones de dólares en inversiones de capital este año. “Sorprendentemente, se prevé que destinarán apenas un 3 por ciento de ese gasto a tecnologías con bajas emisiones de carbono, mientras que más de 110 mil millones de dólares se destinarán a más petróleo y gas”, señala Jan Erik Saugestad, director ejecutivo de la gestora noruega Storebrand Asset Management.
Preocupación por el cambio climático
Saugestad muestra su preocupación por la situación: “Nos quedan 11 años para detener el caos climático, y no puede haber ninguna justificación para que las compañías petroleras se opongan abiertamente a la regulación de sus productos basados en las emisiones”.
Saugestad añade que no es el futuro agradecer a la Administración Trump que reduzca las regulaciones en el sector, oponerse a la transición energética y presionar al mismo tiempo para que aumente la producción de petróleo.
Esta oposición directa a las medidas políticas para enfrentar el calentamiento global han obstaculizado a los gobiernos a nivel mundial en sus esfuerzos por implementar políticas después del Acuerdo de París para cumplir con los objetivos climáticos. Además, el 1 de junio de 2017, el presidente Donald Trump anunció la retirada de Estados Unidos de este acuerdo.
De momento, el sector del petróleo y el gas continúa creciendo, y se prevé que la industria de extracción crezca más de un seis por ciento este año.
Referencia
Big Oil’s Real Agenda on Climate Change. An InfluenceMap Report. Edward Collins. March 2019
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