Los niños en edad preescolar que pasan más tiempo viendo televisión, jugando videojuegos o en sus ordenadores -especialmente si lo hacen a escondidas- duermen menos que aquellos que no lo hacen, según un estudio de la Universidad de Michigan que publica la revista Health Communication.
Cuando aumenta el uso de estos soportes electrónicos, la noche de sueño de los niños es más corta y la siesta más larga, ha comprobado este estudio. Investigaciones anteriores ya habían establecido que los niños de edades 2-5 sólo se deberían utilizar ‘pantallas’ durante aproximadamente una hora al día para asegurar un crecimiento y desarrollo saludable.
Esta orientación, sin embargo, rara vez se sigue en la práctica. Según este estudio, el tiempo de pantalla diaria para los niños preescolares es más del doble de esta recomendación: más de dos horas al día.
Este hábito es perjudicial para los niños pequeños, ya que limitan su capacidad natural de dormir de 10 a 13 horas diarias. Cuando este tiempo de sueño no se cumple, aparecen problemas de obesidad, depresión y ansiedad, así como un menor rendimiento escolar y comportamientos sociales negativos, como actuar o mostrar agresividad hacia sus compañeros.
Niños de 4 años
En su estudio, las investigadoras Jessica Moorman y Kristen Harrison, del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la citada universidad, estimaron el uso de televisión, DVD, vídeo VCR, videojuegos y ordenadores, así como el uso de Internet, en 278 niños en edad preescolar, con una edad media de 4 años de edad.
Los padres y tutores completaron un cuestionario sobre el comportamiento durante el tiempo de sueño de sus hijos. Informaron de las horas de sueño de cada noche, de las siestas diarias, y de la cantidad y tiempos de uso de los soportes digitales.
Los padres respondieron además a preguntas sobre el uso de medios a escondidas, una nueva medida que representa la frecuencia con la que sorprendieron a sus hijos utilizando pantallas cuando deberían estar durmiendo.
De media, los encuestados informaron que sus hijos se acercaron a 11 horas de sueño por día. La mayor parte del uso de los medios ocurrió durante la semana después de la guardería y , antes de acostarse por la noche. También es intensivo durante los fines de semana.
De los participantes, el estudio descubrió que el 19 por ciento de los niños tenían televisores en su habitación; que el 17 por ciento tiene hasta dos televisores en su habitación; más del 23 por ciento tenía un DVD / VCR y el 9 por ciento tenía un sistema de juego de vídeo.
Harrison, profesora de estudios de comunicación y coautora del estudio, explica en un comunicado que los padres de los niños que más usaron medios probablemente también usaron mucho las pantallas, lo que sugiere que las familias deben abordar estas preocupaciones como una unidad, no sólo para los niños más pequeños en el hogar.
Mayores siestas
Moorman, autora principal del estudio, añade que los niños que fueron sorprendidos utilizando pantallas cuando debían estar durmiendo durmieron menos por la noche, tuvieron siestas más largas durante el día y se fueron a la cama más tarde de lunes a viernes, en comparación con los niños que nunca fueron sorprendidos, lo cual puede influir en su desarrollo.
No es sorprendente que los niños con televisores en sus cuartos fueran 127 por ciento más propensos a ser sorprendidos usando pantallas a hurtadillas. en comparación con aquellos sin un televisor en su habitación.
Aunque los niños durmieron más de 10 horas al día, la distribución del sueño plantea algún motivo de preocupación, según las investigadoras, ya que en general, a medida que los niños crecen, dejan de necesitar siestas diarias y duermen sólo por la noche, lo que se conoce como la ‘consolidación del sueño’, dijo Moorman.
A pesar de que estos niños pueden cumplir las horas necesarias de sueño durante un periodo de 24 horas, una siesta durante el día indica la interrupción del proceso de consolidación del sueño, concluyó.
Referencia
Beyond Access and Exposure: Implications of Sneaky Media Use for Preschoolers’ Sleep Behavior. Health Communication, https://doi.org/10.1080/10410236.2017.1422103
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