1. El transcurso del tiempo: dos descripciones
Para describir el fenómeno del transcurso del tiempo se suelen distinguir habitualmente dos movimientos relativos al mismo: 1) Según una primera imagen se describe dicho fenómeno como una corriente en la que todo momento futuro vendría hacia el presente y se alejaría, finalmente, hacia el pasado. 2) Por otra parte, también suele considerarse que el transcurso del tiempo consiste en un avance progresivo del momento presente hacia el futuro (Sánchez, 1998: 48). Las imágenes asociadas a estos movimientos 1 y 2 obedecen a elaboraciones diferentes de la conciencia del sujeto en relación con su vivencia del fenómeno del transcurso del tiempo.
La distinción entre ambas imágenes se basa en que es posible aprehender dicho fenómeno desde dos perspectivas diferentes, que no constituyen sólo puntos de vista teóricos desde los que el sujeto elaborase tales descripciones, sino que tienen su fundamento en experiencias psicológicas y situaciones vivenciales características. Las imágenes asociadas a los movimientos 1 y 2 pueden ponerse en correspondencia, respectivamente, con las metáforas denominadas moving time y moving ego en el contexto de la teoría de la metáfora conceptual (Boroditsky, 2000; Gentner, 2001; Evans, 2004; Núñez, Motz y Teuscher, 2005).
2. El “presente” en los movimientos 1 y 2
De acuerdo con la descripción anterior de los movimientos 1 y 2, cabe referirse al “presente” también en un doble sentido. Al transcurso del tiempo entendido según el movimiento 1 le corresponde un presente que es parte misma de la corriente, que antes era futuro y de inmediato se hará pasado; se trata de un presente denominado fluyente.
Con respecto al tiempo que avanza hacia el futuro, según el movimiento 2, hay que entender el presente, denominado fijo, como un punto que mantiene su presencia y que avanza hacia el futuro conservando su cualidad temporal en cualquier fase de su recorrido (Sánchez, 1998: 49).
3. Movimiento 1: ejemplos
Para ilustrar el punto de vista del movimiento 1 (y de la metáfora “moving time”) traemos a colación, a modo de ejemplo, las palabras de San Agustín: “Pero mientras lo medimos, ¿de dónde viene [el tiempo], por dónde pasa y adónde va? ¿De dónde, sino del futuro? ¿Por dónde, sino a través del presente? ¿Adónde, sino al pasado? Luego viene de lo que todavía no es, pasa por lo que no tiene duración y se dirige hacia lo que ya no es.” (San Agustín, 1999: 313)
En el mismo sentido citamos también a Schopenhauer: “El que debido a [el tiempo], por ejemplo, las cosas futuras no existan aún, se basa en un engaño del que nos percatamos cuando aquellas han llegado.” (Schopenhauer, 2003: 532)
Lo que sigue expresa igualmente el punto de vista del movimiento 1: “[…] la ley de transformación del ahora en ya-no y, por otra parte, del aún-no en ahora, aplicándose a todas las series [de sensaciones originarias], no lo hace a cada una por separado; rige más bien algo así como una forma común del ahora, una igualdad general en el modo de fluir.” (Husserl, 2002: 96)
4. Movimiento 2: ejemplos
En cuanto al punto de vista alternativo del movimiento 2 (y de la metáfora “moving ego”) puede leerse, por ejemplo: “La sensación del paso del tiempo es central para nuestros sentimientos de conciencia. Parece que nos estemos moviendo siempre hacia adelante, desde un pasado definido hacia un futuro incierto.” (Penrose, 1991: 378)
También: “Podemos imaginar la dimensión temporal extendida como una línea del destino, y un instante particular, “ahora”, singularizado como un pequeño punto brillante. A medida que “el tiempo pasa”, la luz recorre continuamente la línea temporal hacia el futuro.” (Davies, 1996: 267)
La misma idea se expresa a continuación: “Lo que hemos designado como “curso del tiempo” se pone de manifiesto en ambas representaciones [el tiempo lineal y el tiempo cíclico] gracias al hecho de que las dos disponen de una orientación, es decir, que están recorridas por un sentido perfectamente definido que va desde el pasado hasta el futuro.” (Klein, 2005: 71)
5. Los movimientos 1 y 2 en el campo de presencia
Para considerar los movimientos 1 y 2 dentro de la imagen bidimensional del campo de presencia (Figura 1 de la nota 1 hay que notar que en ese contexto el hundimiento de los contenidos de conciencia, o representaciones, bajo la línea horizontal de los ahoras implica un movimiento de futuro a pasado, que corresponde, de acuerdo con lo aquí expuesto, al punto de vista del movimiento 1, con su presente fluyente orientado hacia el pasado.
Por otra parte, el punto de vista alternativo se representa también en el campo de presencia, correspondiendo al movimiento sobre su línea horizontal, que refleja las características propias del movimiento 2, con su presente fijo avanzando sobre la línea de los ahoras, sin perder en ningún punto de su recorrido la cualidad de ser actual.
Expusimos en la nota 1 (sección 3) que el movimiento sobre esta línea no es de pasado a futuro, sino de antes a después. Por lo tanto, la consideración de los movimientos 1 y 2 en el marco categorial del campo de presencia exige replantear su descripción inicial, dada más arriba, y caracterizarlos de una manera nueva en términos de un movimiento de futuro a pasado y un movimiento de antes a después, respectivamente.
6. Una observación importante
Debemos tener en cuenta que en el marco del campo de presencia la proyección intencional del sujeto desde, digamos, el ahora B hacia el contenido CB en su vertiente futura, no sólo tiene componente (vertical) distensiva “hacia el futuro”, sino también (horizontal) extensiva “hacia el después”.
Esto indica que las categorías distensivas y extensivas (nota 1, sección 2) se concitan en cada acto de proyección intencional por parte del sujeto y despliegan juntas en dicho acto la estructura categorial completa del campo de presencia, de acuerdo con un movimiento combinado dentro del mismo; por un lado se tiene un movimiento de futuro a pasado de CB, que remite al fenómeno del transcurso del tiempo según el punto de vista del movimiento 1; por otro lado, se tiene un movimiento de antes a después del ahora B, que remite al punto de vista del movimiento 2.
De esta manera, la línea vivencial (nota 1, sección 2) que contiene al ahora B y al contenido representado CB no se traza sólo en términos del movimiento 1, ni sólo en términos del movimiento 2, sino por medio de la tensión implicada en la combinación de ambos, de acuerdo con la cual se expresa la estructura categorial y dinámica del campo de presencia en el que tales movimientos se inscriben. Ambos movimientos, por tanto, se dan a la vez, como las dos fuerzas actuantes en un “par”, que se articulasen sobre un mismo punto de aplicación.
7. La combinación de los movimientos 1 y 2
Atendiendo a esta comparación, sugerimos que para lograr una comprensión adecuada del fenómeno del transcurso del tiempo será necesario tomar en consideración los dos movimientos, como si se tratase de un “par” de fuerzas, de cuya aplicación conjunta sobre un punto fijo se obtuviese como resultado un efecto determinado.
Así, de la misma manera que para explicar tal efecto resultante se deben tomar en consideración las dos fuerzas actuantes en el “par”, para comprender los aspectos dinámicos y categoriales implicados en el fenómeno del transcurso del tiempo dentro del marco de representación del campo de presencia debemos tener en cuenta la combinación de los movimientos 1 y 2.
A esta combinación de movimientos se refieren los dos vectores que se muestran en la Figura 1 de la nota 1, aplicados, a modo de ejemplo, sobre el punto B. A lo largo de la línea horizontal se tiende el vector que asociamos al movimiento 2, “de antes a después”, en tanto que en la dirección vertical representamos el vector asociado al movimiento 1, “de futuro a pasado”.
Lo que proponemos, por tanto, es que el fenómeno que es aprehendido por el sujeto como “transcurso” del tiempo se interprete en términos de la combinación de los movimientos 1 y 2 dentro del marco de representación de su campo de presencia.
8. Una analogía
La naturaleza de la combinación que planteamos de los movimientos 1 y 2 puede comprenderse si prestamos atención, a modo de analogía, a las características del movimiento físico resultante de un tiro parabólico. Este movimiento se puede describir como la combinación de dos movimientos: un movimiento uniforme en la dirección horizontal, y otro uniformemente acelerado (por la fuerza de la gravedad) en la dirección vertical. No es posible reducir el movimiento parabólico a uno u otro de tales movimientos componentes sin dejar de lado, por completo, su propia naturaleza.
De manera análoga, no se puede reducir el transcurso del tiempo a uno u otro de sus “movimientos” componentes, ya se trate del movimiento 1 o del movimiento 2, sin incurrir en una interpretación parcial y sesgada del mismo.
9. El transcurso del tiempo como combinación de los movimientos 1 y 2
En nuestra opinión, para avanzar en la comprensión del fenómeno del transcurso del tiempo se debe tener en cuenta lo aquí expuesto acerca de la combinación de los movimientos 1 y 2. Desviar el equilibrio propio de su combinación hacia una u otra componente, ya sea priorizando el movimiento 1 sobre el movimiento 2, o a la inversa, conduce a una comprensión limitada del fenómeno.
Por lo tanto, la interpretación adecuada del fenómeno del transcurso del tiempo exige mantener vivo el equilibrio que caracteriza la consideración conjunta de los movimientos 1 y 2, evitando así la parcialidad que resulta de los desplazamientos interpretativos entre uno y otro.
10. La combinación de los dos “presentes”
En este momento de la exposición tomemos en consideración la siguiente cuestión: dentro del marco de la representación bidimensional del campo de presencia, mostrada en la Figura 1 de la nota 1, y atendiendo a la naturaleza de los puntos que conforman su línea horizontal, ¿qué clase de “presente” corresponde (pongamos por caso) al punto B, en el que se combinan los movimientos 1 y 2: la clase de presente “fluyente” asociada al movimiento 1, o la clase de presente “fijo” vinculada al movimiento 2?
La respuesta a esta pregunta debe tener en cuenta ambas clases de “presente” de un modo conjunto, y describir el punto B como presente “fluyente” por su participación en el movimiento 1 y, a la vez, como presente “fijo” por su participación en el movimiento 2.
Si nos remitimos, de nuevo, a la analogía del movimiento parabólico, debemos señalar que en cualquier punto de su trayectoria se aplica sobre el móvil la combinación de un vector según la dirección del movimiento horizontal, y otro vector según la dirección del movimiento vertical. Lo mismo sucede para cualquier punto de la línea de los ahoras (y, en particular, para el punto B) sobre el que se aplica la combinación de un vector que define el movimiento 2 en dirección “hacia el después”, y otro vector que define el movimiento 1 en dirección “hacia el pasado”.
11. Dos categorías distintas: el “presente” y el “ahora”
Con el fin de lograr una mayor claridad y brevedad en los términos, vamos a referirnos al presente “fluyente” como “momento presente” o, simplemente, presente, y denominaremos ahora al mencionado presente “fijo”.
De esta manera consideramos, teniendo en cuenta esta aclaración, que en el marco de la representación bidimensional del campo de presencia el movimiento 1 se produce “de futuro a pasado”, a través del “presente”, en tanto que el movimiento 2 se desarrolla “de antes a después”, a través del “ahora”. En virtud de tales movimientos podemos decir, entonces, que en la misma medida en que el ahora se orienta hacia el después, fluye el presente hacia el pasado.
12. La combinación del “presente” y del “ahora”
La respuesta recién esbozada acerca de la consideración conjunta del presente “fijo” y del presente “fluyente” nos enfrenta a la dificultad aparente de que, según la misma, tanto el ahora como el presente deberán darse cita y coincidir en cada punto de la línea horizontal del campo de presencia.
La dificultad se disipa si tenemos en cuenta, como ya hemos señalado, que cada una de esas categorías se relaciona con una de las dinámicas distintas asociadas a los movimientos 1 y 2. Debemos asumir, por ello, que los puntos de dicha línea posean un contenido categorial que les permita ser, a la vez, “presente” y “ahora” (“fluyente” y “fijo”), porque sobre cada uno de tales puntos se aplica, a la manera de un “par” de fuerzas, como queda dicho, la combinación de los movimientos 1 y 2.
En la Figura 1 (superior) de esta nota 4 ilustramos estas consideraciones. El cuadrado que aparece en ella debe interpretarse como si fuese, por ejemplo, el punto B de la línea horizontal de la Figura 1 de la nota 1, sobre el que se muestra la combinación de los movimientos 1 y 2.
Hay que tener en cuenta que la situación ilustrada en la Figura 1 de la nota 1, en lo tocante al punto particular B, es la misma para todos y cada uno de los otros puntos de la línea horizontal, sobre los que se aplica indefectiblemente la combinación de los movimientos 1 y 2. Como consecuencia tenemos la representación detallada de la estructura categorial y dinámica del campo de presencia que se muestra en la Figura 1 (inferior) de esta nota 4.
Referencias
San Agustín, 1999, Confesiones, Alianza, Madrid.
Boroditsky, Lera, 2000, “Metaphoric Structuring: Understanding Time through Spatial Metaphors”, Cognition, 75 (1).
Davies, Paul, 1996, Sobre el tiempo, Crítica, Barcelona.
Evans, Vyvyan, 2004, The structure of time. Language, meaning and temporal cognition, John Benjamins, Amsterdam.
Gentner, Dedre, “Spatial Metaphors in Temporal Reasoning”, en M. Gattis (ed.), Spatial schemas in abstract thought, 2001, MIT Press, Cambridge MA.
Husserl, Edmund, 2002, Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo, Trotta, Madrid.
Klein, Étienne, Las tácticas de Cronos, Siruela, Madrid.
Núñez, Rafael E.; Benjamin A. Motz y Ursina Teuscher, 2005, «Time after time: the psychological reality of the Ego- and Time-Reference-Point distinction in metaphorical construals of time», en Metaphor and Symbol, 2005, Lawrence Erlbaum Associates.
Penrose, Roger, 1991, La nueva mente del emperador, Mondadori, Barcelona.
Sánchez, Antonio, 1998, Tiempo y sentido, Biblioteca Nueva – UNED, Madrid.
Schopenhauer, Arthur, 2003, El mundo como voluntad y representación. Complementos, Trotta, Madrid.
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