Los límites del crecimiento (en inglés The Limits to Growth) fue un informe encargado al MIT por el Club de Roma que fue publicado en 1972, poco antes de la primera crisis del petróleo. La autora principal del informe, en el que colaboraron 17 profesionales, fue Donella Meadows, científica ambiental, especializada en dinámica de sistemas.
En Los límites del crecimiento se exponían los resultados de un modelo computacional -realizado con los datos disponibles hasta 1970- sobre la economía y el medio ambiente mundial. En este se incluyeron factores como la industrialización, la población, la alimentación, el uso de los recursos o la contaminación.
Además, el libro mostraba una serie de escenarios hasta 2100, considerando diversas posibilidades de acción humana (que nuestra especie tomase o no medidas ambientales y de recursos); y predecía que, si no se tomaban medidas en este sentido, antes del año 2070 se produciría un «colapso» en la economía, el medio ambiente y la población.
Ahora, una investigación de la Universidad de Melbourne (Australia) señala que las peores previsiones del modelo serían exactas y que, si seguimos en la misma línea de desarrollo, cabe esperar que las primeras etapas del colapso global empiecen a aparecer pronto, informa The Guardian.
Para alcanzar esta conclusión, los investigadores de la Universidad de Melbourne revisaron los escenarios planteados por Los límites del crecimiento en 1972, y los compararon con la realidad de datos actuales de la ONU (departamento de asuntos sociales y económicos, Unesco, organización para la agricultura y la alimentación y libro anual de estadísticas de la Organización); de la administración atmosférica y oceánica de Estados Unidos o de las estadísticas BP, entre otras fuentes.
Los resultados de esta comparación muestran que el mundo está siguiendo muy de cerca el peor de los escenarios planteado por Los límites del crecimiento (el escenario «business-as-usual»), y no otros de los escenarios posibles.
1972 y 2015
Los investigadores del MIT señalaron en 1972 que la creciente población y las demandas de riqueza material conducirían a una mayor producción industrial y a una mayor contaminación; algo que realmente está sucediendo.
Por otra parte, el modelo de 1972 señalaba el agotamiento de los recursos a un ritmo rápido; un incremento de alimentos per cápita y un rápido aumento de la población mundial.
Llegados a este punto, según Los límites del crecimiento, los recursos serían cada vez más caros, por su agotamiento. Y, a medida que hubiese que destinar más y más capital a su extracción, la producción industrial per cápita comenzaría a decaer (esto sucedería, según el libro, a partir de 2015).
Por otra parte, a medida que aumentase la contaminación y los gastos industriales en agricultura decayesen, la producción de alimentos per cápita también se reduciría. Los servicios de salud y educación se recortarían, algo que, en combinación, podría provocar un aumento de las tasas de mortalidad para 2020.
La población mundial comenzaría a reducirse hacia 2030, en cerca de 500 millones de personas por década. Y las condiciones de vida caerían a niveles similares a los de principios de 1900. El libro advertía por último de que las emisiones de dióxido de carbono sin control tendrían un «efecto climatológico», a través de «calentamiento de la atmósfera».
Aunque los gráficos desarrollados por los expertos de la Universidad de Melbourne no muestran pruebas de colapso a partir de 2010 (eso sí, el crecimiento ya se ha estancado en algunas zonas), los investigadores consideran que las primeras etapas de la decadencia podrían haber comenzado ya.
La crisis financiera mundial de 2007 y 2008 (que aún vivimos) y el malestar económico actual podrían ser un presagio de las consecuencias de la escasez de recursos, afirman. Por otro lado, el tema del pico petrolero (momento en el cual se alcanza la tasa máxima de extracción de petróleo global y tras el cual la tasa de producción entra en un declive terminal) resulta crítico; y se piensa que podría ser el catalizador para el colapso global.
Voz de alarma
A pesar de todo, los científicos de Melbourne señalan que “nuestra investigación no indica que el colapso de la economía mundial, el medio ambiente y la población sea una certeza”. “Podrían estallar guerras; pero también podría establecerse un verdadero liderazgo medioambiental mundial ”.
De hecho, en las últimas décadas se han generado múltiples planteamientos alternativos sobre producción, energía, agricultura, crecimiento, etc. que hacen pensar en el desarrollo de un nuevo paradigma, centrado en la idea expresada por el economista francés René Passet en los siguientes términos: “toda la economía debe inscribirse al servicio de lo humano y lo viviente”.
Sin embargo, “nuestros hallazgos deben hacer sonar la alarma”, afirman los científicos australianos, porque “parece poco probable que la búsqueda de un crecimiento cada vez mayor pueda continuar sin efectos negativos graves, que podrían llegar antes de lo que pensamos”.
Revisiones previas
En 1992, 20 años después de la publicación del informe original, se actualizó y publicó una nueva versión del informe Los límites del crecimiento, bajo el título Más allá de los límites del crecimiento, en la que ya se exponía que la humanidad había superado la capacidad de carga del planeta para sostener su población.
En 2012, se editó además en francés el libro Les limites à la croissance (dans un monde fini), última edición de Los límites del crecimiento. En esta edición los autores presentaban datos fiables en numerosas áreas (el clima y la biosfera, en particular), según los cuáles ya estaríamos en los límites físicos.
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