Las COP han chocado una y otra vez contra el futuro. Esta vez puede que sea la definitiva. Una imagen impactante y que resume la frustración de la sociedad civil y de muchos científicos participantes en las dos zonas de la COP25 es el montón de estiércol vertido a las puertas de IFEMA por el movimiento internacional de activismo existencial Extinction Rebellion.
Los nulos resultados de la COP han generado a su vez un fuerte impacto entre los científicos participantes, que de alguna manera se han hartado de manejarse en sus discursos de formato suave al alertar de la tragedia que se cierne sobre la humanidad y la vida.
Quizás, como ha manifestado el movimiento activista contra la crisis climática conocido como 350.org, la COP25 sólo ha sido un éxito para la industria de combustibles fósiles: los gobiernos han respondido a las demandas de la sociedad civil y de los científicos con la decisión más débil posible, afirman.
Los delegados nacionales fallaron una vez más en enfrentar el desafío existencial de la crisis climática. Durante dos semanas, los negociadores jugaron con los últimos fragmentos del llamado ‘libro de reglas’ del Acuerdo de París: el conjunto de disposiciones detalladas que se supone que guiarán la implementación del acuerdo climático de 2015.
Vastas diferencias y chalaneos
Las negociaciones anuales de la COP, celebradas en Madrid este año, con inicial expectación, pero con muchas dudas de los científicos y los activistas, demostraron las vastas diferencias entre lo que los científicos dicen que el mundo necesita y lo que los líderes más poderosos del mundo están dispuestos ni siquiera a discutir por lo que se vio en la COP25.
«La mayoría de los grandes emisores faltaban, fueron pasivos o directamente obstruyeron las negociaciones», dijo Helen Mountford, vicepresidenta del Instituto de Recursos Mundiales.
Otra declaración más sobre cuán desconectados están muchos líderes nacionales de la urgencia de la ciencia y las demandas de sus ciudadanos.
Estados Unidos, Australia y Brasil fueron señalados por la prensa internacional por bloquear. China e India rechazaron las sugerencias de objetivos climáticos más ambiciosos el próximo año. Japón y Arabia Saudí también tuvieron su protagonismo negativo.
Los resultados y el chalaneo de la COP25 han revelado lo lejos que están los gobiernos mundiales, en general, de la preocupación de la sociedad civil, en particular de los jóvenes y de los científicos.
Hay muchas verdades que se esconden detrás de los cabildeos de la COP25, en particular el riesgo ya contrastado en estas páginas de Tendencias21 de estar ya mismo en la senda del calentamiento por encima de los 2º C y con la posibilidad clara de llegar a los 4ºC, dada la inacción y la superación de puntos de inflexión irreversibles en relación al clima y también a la sostenibilidad de un planeta enfilando una extinción masiva.
Al mismo tiempo, dada la importancia de lo que ha sucedido en esta COP y la falta de conversación sobre cómo sería un mundo 4ºC más caliente, Extinction Rebellion (XR) publicó el día de cierre de la COP una comunicación privada mantenida con el Profesor Johan Rockstrom del Instituto Potsdam, donde dice que un mundo con 4ºC más equivale a miles de millones de muertos.
XR afirma que el público necesita saber qué están pensando las personas científicas: según el prestigioso climatólogo “un mundo de +4ºC no podrá, hasta donde sabemos hoy, ser capaz de soportar un mundo de 8 mil millones, o quizás ni siquiera la mitad de eso. Esto es, en mi valoración, un resultado desastroso y dramático, es decir, que nos estamos moviendo hacia un estado climático que no podría acomodar a la población de hoy en día, mucho menos a una población de 10 mil millones, y que puede recortar la población dramáticamente desde los totales actuales.”
Decrecimiento necesario
En vista de esto, Extinction Rebellion lanzó una consulta para crear sus nuevas demandas globales, solicitando comentarios de las personas de todo el mundo, tanto si están implicadas con Extinction Rebellion o no.
El IPCC dice que la descarbonización mundial para 2050 sólo dejaría un 50% de posibilidades de evitar el calentamiento de 1,5 ºC. Un 50% de probabilidades de evitar el desastre no es suficiente y se requiere un plan de 10 años de emergencia de descarbonización global y reparación planetaria. ¿Se montaría usted en un avión que tuviera un 50% de posibilidades de sufrir un accidente grave?
El prestigioso científico español Antonio Turiel, Doctor en Física Teórica del Instituto de Ciencias del Mar, lleva décadas intentando abrir los ojos a los gobiernos y trasmitir la verdad de la crisis climática, de la biodiversidad y el colapso civilizatorio asociado a estas crisis y a la crisis de los recursos, en particular los energéticos que han sostenido la civilización industrial, fue entrevistado por Tendencias21 en el stand del CSIC, en la zona verde de la COP25.
Antonio Turiel ha estado subrayando en distintos foros el siguiente análisis: “Unos días antes de la COP25, la ONU anunció que para tener un 66% de no superar el peligroso umbral de 1,5ºC de calentamiento respecto a la temperatura de la época preindustrial, se necesitaba que de 2020 a 2030 las emisiones de CO2 se redujeran un 7,6% anual”.
En sus cálculos “eso quiere decir que de aquí a 2030 tendríamos que reducir las emisiones un 55%. Con la tecnología que tenemos hoy en día y en tan breve lapso de tiempo eso no es posible si no va acompañado de una disminución del consumo de energía de un tamaño semejante, quizá no del 55% pero desde luego no lejos del 40%. Tenemos que pensar que la Gran Recesión del 29 supuso una caída (momentánea) del consumo de energía global del orden del 8%; aquí estamos hablando de 5 veces más y además con carácter permanente. Es difícil imaginar la magnitud de la contracción de la actividad económica que sería necesaria para conseguir tal objetivo, pero eso es a lo que deberíamos de aspirar. Eso solo tiene un nombre, por más que se quiera ocultar: Decrecimiento”. Otra de las verdades ocultadas a la luz del día en la COP25.
Precisamente a esa misma conclusión llegaron 6 de los 8 científicos del CSIC reunidos el 12 de diciembre en torno a la mesa redonda «¿Qué debe saber un político sobre cambio climático?», en la Residencia de Estudiantes, cuando Mar Muro periodista y directora de MUMUAR Muestra de Mujeres Artistas requirió a todos y cada uno de los científicos allí presentes, seis hombres y dos mujeres, todos doctores en ciencias, soluciones para la crisis climática, soluciones para trasladar a los gobernantes.
Seis científicos de ocho contestaron con argumentos y sin pestañear: Decrecimiento, decrecer. La solución es decrecer en un proceso soportado por la información basada en hechos científicos y en un consenso social. Afrontar esta verdad con realismo y honestidad es lo que les dirían a los políticos, concluyeron los científicos. Los temas que presentaron y el debate posterior, muy interesante, se puede ver en Edad de Plata.
Abismo entre científicos y políticos
En las últimas horas de la COP25 y a la vista del final agónico y en respiración asistida para unas jornadas más de la COP más larga de la historia, May Boeve, Director Ejecutivo de 350.org, declaró lo siguiente: «Seamos claros como el cristal: después de un año de huelgas climáticas y las advertencias cada vez más severas de la ciencia, la única respuesta aceptable al colapso climático fue y sigue siendo que los gobiernos se comprometan a comenzar a eliminar los combustibles fósiles de inmediato, incluidos los flujos financieros a esta mortal industria. Una vez más, los políticos nos han fallado. Las conversaciones sobre el clima se convirtieron en otro punto muerto, donde grandes contaminadores y gobiernos controlados por la industria de combustibles fósiles llegaron a bloquear o ralentizar el proceso. El abismo entre lo que sabemos científicamente que se debe hacer y lo que los políticos están dispuestos a hacer nunca ha sido tan amplio. No hay excusa para esta falta de coraje y falta de responsabilidad, y ninguna explicación racional más que el control tóxico de la industria de los combustibles fósiles en nuestra política».
May Boeve añadió que «las conversaciones sobre el clima han terminado para este año, pero el activismo ciudadano no. Vamos a llevar nuestro activismo a casa, a las capitales, los ministerios, la sede del banco y la infraestructura de combustibles fósiles en todo el mundo. Vamos a seguir marchando e interrumpiendo y presionando a nuestros políticos. Y vamos a votar, hacer campaña y hacer oír nuestras voces. El apoyo está creciendo en todas partes para las políticas climáticas que necesitamos. La gente quiere una transición justa que funcione para todos, las personas y el planeta, especialmente para los más vulnerables y afectados por la crisis que se desarrolla. Algunos dicen que 2019 es el año de la protesta climática juvenil, pero aún no han visto nada».
FFF: No ha servido de nada
Los activistas de Fridays For Future (FFF) han estado presentes en la COP25 durante las últimas dos semanas. Activistas por el clima de todo el mundo vinieron a España a traer a la COP25 el mensaje de 7 millones de huelguistas que no van a la escuela los viernes, que exigen acción climática.
El resultado de la COP25 ha sido extremadamente insuficiente para FFF. El viernes 13 realizaron una acción de protesta al interior de la propia COP. Un acto desgarrador y emotivo en el que también dieron voz a mujeres y a los indígenas amenazados en todo el mundo, especialmente en Latinoamérica, para poner en el centro de la discusión los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas en todos los planes climáticos.
Fridays For Future, presente por primera vez en una Cumbre del Clima de Naciones Unidas, tanto en la zona azul como en la verde, en el eje verde Castellana y en las calles de Madrid ha asegurado por sus portavoces que la COP25 de Madrid “no ha servido de nada y no solo eso, sino que estamos viendo retrocesos y no avances, día a día las cosas empeoran”.
Félix Picazo Mota, investigador y profesor de Ecología acuática en el Instituto de Geografía y Limnología de Nanjing (China), respecto de la COP25 y el tratamiento informativo que observa en lo que difunden los mass media sobre el tema, “provoca que la mayoría de gente piense que lo que se nos viene encima es esencialmente un problema relacionado con la energía y los medios de transporte. Que aquí lo único que hace falta es sustituir las centrales térmicas por renovables y los vehículos de combustión por eléctricos y arreglado.”
En su opinión, “de entre todos los frentes en los que hay que seguir trabajando, hay uno especialmente urgente, sobre el que habría que cargar las tintas hasta que se hable de él en los medios al menos con la misma asiduidad con la que se habla de los anteriores que he mencionado”.
Agricultura industrial
Se refiere a la agricultura industrial. Para Félix Picazo, ése es uno de los caballos de batalla importantes y uno de los grandes objetivos es que se haga una gestión de los usos del suelo más cercana a su naturaleza original, una agricultura ecológica y añade que de una tacada “se favorece el almacenamiento de carbono en el suelo, reducimos consumo de agua, reducimos contaminantes de masas de agua, biocidas, favorecemos la biodiversidad”. Y que una de las herramientas posibles en España y Europa sería la reorientación de la PAC (La Política Agrícola Común de la Unión Europea).
A la sombra del fracaso de la COP25 el filósofo, matemático, poeta español y doctor en ciencias políticas Jorge Riechmann ha declarado el 17 de diciembre que “los tres elementos que modificarán la política de este siglo serán una Tierra progresivamente inhabitable, un ecocidio al nivel de las anteriores cinco mega extinciones de nuestro pasado geológico y el genocidio de la inmensa mayoría de la población humana”.
Una de las dos cofundadoras de Extinction Rebellion en Reino Unido, la economista y política Skeena Rathor y otros activistas del movimiento, se entrevistaron con la presidencia de la COP25.
Y dijo “el que no se haya producido ningún acuerdo en la COP 25 es una evidencia más de que el sistema no está funcionando. Me entristece enormemente pero tampoco me sorprende”.
Extinction Rebellion ya está preparando un 2020 de activismo creativo y no violento para llegar con fuerza a la COP26 de Glasgow, en uno de sus nodos más potentes.
Manifiesto frustrado
En medio de la frustración y a instancias del Doctor en ecología Fernando Prieto del Campo, una serie de científicos y periodistas lanzaron un manifiesto el día 14 de diciembre solicitando in extremis resultados que nunca llegaron.
En todo caso, su sentir y demandas muestran una cara más del impacto, preocupación y desolación de esta COP25 que en tiempo récord consiguió organizar el gobierno español y el Ministerio para la Transición Ecológica.
El manifiesto contiene, entre otras, estas reflexiones y peticiones: “Es imprescindible que las Cumbres del Clima cumplan su función para conseguir acuerdos mundiales que ayuden al compromiso de todos en la reducción de gases de efecto invernadero, en la adaptación al cambio climático y en la protección de la biodiversidad. La COP25 celebrada el Madrid ha puesto de manifiesto numerosos informes científicos internacionales que evidencian la gravedad de la situación actual y la necesidad de que la mayor parte de los países se dispongan a afrontar los retos necesarios para conseguir que la temperatura media del planeta no aumente en más de 2ºC. Por ese motivo pedimos que las medidas se tomen con urgencia. No es posible seguir perdiendo oportunidades en Cumbres del Clima como la de Madrid y que se siga demorando la lucha contra el cambio climático. La realidad y los efectos constatados por la ciencia nos abocan a priorizar cuanto antes el consenso internacional y multilateral que es imprescindible. El manifiesto se puede consultar y firmar en change.org , aquí.
La respuesta quizás está en el viento nuevo que traen las calles del activismo climático. Miguel Rodríguez, portavoz de Extinction Rebellion Spain, afirmó que: “A menos que nuestros gobiernos comiencen a decir la verdad y empiecen a trabajar con nosotros, en lugar de ir contra nosotros, el contrato social seguirá roto y la legitimidad del proceso de la COP hecha añicos con él. No tenemos otra opción ética que unirnos en la desobediencia civil no violenta y reconstruir nuestro mundo fracturado». El Camino hacia la extinción y qué podemos hacer para evitarlo.
(*) Alejandro Sacristán es Comisario de ArtFutura, consultor para proyectos de realidad virtual y consultor tecnológico. Vicepresidente de la Asociación La Voz de la Ciencia, y Periodista de prospectiva, divulgación científica, arte inmersivo y tecnología, es miembro del grupo tecno pop El Aviador Dro y del equipo de investigación conceptual sobre “nación digital” bajo el enfoque del Club Nuevo Mundo, del que es Miembro Directivo. Coordinador y curador para eventos de talento, ciencia, arte tecnológico y tecnología, se ha especializado también en la divulgación científica. Miembro de la Comisión de Comunicación de Extinction Rebellion.
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